Dos estrellas Michelín, numerosos premios, un Relais&Châteaux en la plaza de San Mateo y llevar el nombre de Cáceres por todo el mundo. Son los ingredientes del suculento plato de Atrio, abierto desde 1986 y que el coronavirus aún mantiene cerrado. La reapertura, tan esperada por los amantes de la buena gastronomía, está prevista para el 1 de julio.

Jose Polo, copropietario del establecimiento junto al chef Toño Pérez, explica que en esa fecha estará en funcionamiento tanto el hotel como el restaurante. «Hemos esperado un poco a que se aclarara la movilidad interprovincial y así poder abrir con más seguridad, ya que nuestra clientela viene en su mayoría de fuera de Extremadura y mucha tanto de Madrid como de las dos Castillas y Andalucía; ojalá que para entonces la cosa esté más tranquila», dice.

Atrio prepara las medidas de desinfección y de limpieza. «Todos trabajarán con mascarilla y se les medirá la temperatura al entrar a las instalaciones, antes de que dejen sus cosas en el vestuario. Tanto para el acceso de empleados como de clientes habrá geles hidroalcohólicos y separaciones adecuadas, aunque en esto último no tenemos problemas porque hay mucho espacio (solamente el restaurante tiene un aforo autorizado por Turismo de 120 personas; con la mitad podríamos trabajar). Tenemos muchos metros cuadrados entre el bar, la terraza, las 14 habitaciones...», destaca.

El responsable añade que desde siempre «brillamos todos los cubiertos, aparte de lavarlos a 90 grados en lavavajillas. Ocurre lo mismo con los platos. Ambos se limpian con alcohol, que evita que no aparezcan manchas. En la cristalería exactamente igual. Con lo cual, en cuanto a temperatura se refiere, aquí perpetuamente acabaría muriendo el virus».

Además, los manteles son de un solo uso «y vienen de la lavandería totalmente precintados; aparte de eso, luego nosotros los planchamos con vapor». Las toallas y las ropas de cama se llevan tradicionalmente a la tintorería de Pinilla, pero aún así todas las telas permanecerán unos días en cuarentena antes de ser utilizadas.

La plantilla, de 50 trabajadores, que entrará al completo y saldrán del ERTE, confirma el empresario. Y aunque sea lenta, Polo confía en la recuperación. «De Madrid ya han hecho una reserva para el día 4. Y me ha preguntado un montón de gente de Cáceres, que no son habituales, porque se van a dar un capricho».

Asimismo confiesa que han sido meses malos: «Los que tenemos negocios hemos estado inquietos, tomando algo más de Lexatin de lo habitual», apostilla con una sonrisa mientras retoca una de las mesas del salón en la que se sentarán los futuros clientes dentro de no tanto tiempo.

Y todo eso, apostando por continuar la obra de sus apartamentos de Casa Paredes. «Renegociamos la deuda, la pusimos a más largo plazo y seguimos adelante, porque si allí están trabajando 30 o 40 personas un año más, pues son 30 o 40 personas que no se van al paro. Es el momento en el que todos debemos colaborar. Se nos debe quitar el miedo. Y mira que yo que soy miedoso, estoy ‘acojonao’, pero tenemos que seguir con la vida», concluye.