Crecen los casos positivos en la capital cacereña a pesar de las restricciones y las celebraciones privadas son lo que más preocupa al ayuntamiento porque suponen, como en el resto de la región, el 80% de los brotes de coronavirus. Por esta razón la Policía Local ha intensificado la vigilancia para frenar las fiestas en pisos, principalmente de estudiantes. Este pasado fin de semana los agentes han puesto cinco denuncias por estos hechos, aunque en realidad las multas se interponen no por superar el límite de personas reunidas, fijado en seis desde el pasado domingo; sino por ruidos. También controla la celebración de botellones en la vía pública, que suelen desarrollarse en los parques públicos. Las multas pueden llegar a los 600 euros.

A pesar de que todos los fines de semana la policía tiene que actuar para disolver este tipo de celebraciones, las mismas están lejos de las imágenes difundidas los últimos días de las fiestas multitudinarias festejadas en ciudades como Salamanca o Granada. «Tenemos fiestas no muy numerosas en pisos que son un problema en la misma medida que las fiestas familiares pero, por lo general, la ciudad ha sido cumplidora y los estudiantes están teniendo un comportamiento muy positivo», afirmó ayer el alcalde, Luis Salaya.

Las restricciones puestas en la capital cacereña hace dos semanas tuvieron consecuencias positivas durante los primeros siete días, cuando se notó una importante bajada en el número de nuevos casos. En cambio la semana pasada las cifras volvieron a crecer y se han registrado 214 nuevos positivos desde el lunes pasado en el área de salud de Cáceres (ayer volvieron a bajar a 11). La capital cacereña ha sumado además en ese tiempo dos nuevos brotes. La situación se complica pero, por el momento, la presión hospitalaria aguanta y en el San Pedro de Alcántara había hasta ayer (últimos datos facilitados por la Dirección General de Salud Pública) 31 pacientes ingresados, solo uno de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).

«Las medidas han funcionado muy bien. Hemos tenido una mejora importante de los datos pero no se puede lanzar un mensaje optimista porque en los últimos días los datos están empeorando y volvemos a tener bastantes contagios», avanzó ayer el regidor cacereño. Por el momento no se plantea volver a aplicar restricciones en la capital cacereña, aunque advierte de que, si fuera necesario, se hará. «No estamos entre las ciudades que tienen una peor situación en Extremadura pero volvemos a tener una tendencia al alza, lo cual es un problema y lo que nos queda es esperar a ver si en los próximos días la tendencia frena porque, desde el jueves pasado, estamos recibiendo el golpe del puente y queda por ver si la situación se frena con las nuevas medidas».

El pasado domingo se levantaron las restricciones que afectaban al límite de aforos tanto en bares y restaurantes como en centros comerciales, cementerios, velatorios y espacios de culto. Pero entraron en vigor las nuevas que afectan al límite de reuniones, con un máximo de seis personas. En este sentido, Salaya hizo un llamamiento a la «precaución» y a «cumplir las recomendaciones».