El hospital Nuestra Señora de la Montaña ya está listo para volver a abrir sus puertas. Ante la evolución de la segunda ola de la pandemia en el área de salud de Cáceres y el aumento exponencial de los ingresos, que se han multiplicado por cinco en dos semanas, Sanidad comenzó la semana pasada a preparar este complejo hospitalario. En estos momentos se ultiman los protocolos y las plantillas, aunque por el momento, este miércoles no se ha tomado todavía la decisión de su reapertura. Sanidad no ofrece tampoco una fecha concreta y se limita a decir que «informará a la opinión pública» cuando se decida hacer uso del mismo.

La reapertura del Nuestra Señora de la Montaña entra dentro del plan de contingencia elaborado por la Junta de Extremadura de cara a esta segunda ola, precisamente para descongestionar el hospital San Pedro de Alcántara, centro de referencia para el coronavirus en la capital cacereña. La situación crítica que vivió el área de salud en los meses de marzo y abril hizo que Sanidad pusiera el ojo en este edificio, que había dejado de prestar asistencia sanitaria tan solo unos meses antes (concretamente en octubre del año pasado). Sus instalaciones, que aún no se habían tocado, estaban perfectamente preparadas para acoger de nuevo a los enfermos. Entonces estuvo operativo dos meses: entre el 24 de marzo, cuando llegaron los primeros enfermos, y el 24 de mayo, cuando comenzó a descender el número de ingresos.

En aquel momento dirección médica planificó trasladar a este edificio a enfermos de coronavirus, en realidad porque en los hospitales casi no había ingresados de otras especialidades porque se paró toda la actividad asistencial y las operaciones quirúrgicas (solo se realizaban las urgentes). En cambio el volumen de hospitalizados con PCR positiva era tal, que no cabían en el San Pedro de Alcántara (llegó a haber más de 200 entre los dos hospitales, 60 solo en el Nuestra Señora de la Montaña).

La idea de la gerencia del área de salud en esta segunda ola era en principio otra. El plan de contingencia contemplaba utilizar para infectados solo el San Pedro de Alcántara y usar el Virgen de la Montaña para los pacientes ingresados de otras especialidades. El objetivo era sacarlos del San Pedro para liberar espacio para los hospitalizados con coronavirus y que estos se concentraran solo en este hospital, para no infectar otros espacios. Se barajaba así trasladar al Provincial los enfermos de las áreas de Geriatría y de Psiquiatría, ya que el edificio está preparado para ambos servicios porque era los dos que acogía antes de que cerrara en octubre del año pasado.

Al borde del colapso

Al borde del colapsoEn cambio, el aumento de los ingresos (en estos momentos en el San Pedro de Alcántara hay 70 pacientes, entre positivos confirmados y a la espera de confirmación) ha obligado a cambiar los planes y volver a la idea de marzo: Al Nuestra Señora de la Montaña irán de nuevo pacientes con coronavirus. Y se ha hecho así porque el San Pedro de Alcántara ya comienza a faltar espacio para estos hospitalizados. Así, de nuevo al Provincial irán los enfermos que no necesiten ingreso en UCI o aquellos que han mejorado pero que siguen teniendo PCR positiva (es la idea inicial, pero los protocolos se están aún elaborando). Una vez que se abra, se trasladarán a Cáceres los pacientes de Coria y de Nalvalmoral de la Mata, tal y como recoge el plan de contingencia, para dejar libres de coronavirus a los hospitales de estas localidades. De hecho, ya tenían que estar en la capital cacereña pero ha sido imposible traerlos debido a la falta de espacio en el San Pedro de Alcántara. Aquí ya se utilizan cuatro plantas solo para enfermos afectados por el virus.

A falta de terminar el protocolo de atención, a día de hoy el hospital Nuestra Señora de la Montaña se encuentra listo para recibir a los pacientes. Personal de mantenimiento procedió la semana pasada a realizar una limpieza en profundidad de las instalaciones, que llevan cerradas y sin uso desde finales de mayo (allí solo funciona el Punto de Atención Continuada). Y llevaron al edificio todo el material que se necesitaba, como colchones y sábanas para las camas. El resto estaba todo en el interior, ya que Sanidad mantuvo todo el equipamiento cuando se cerró en el mes de mayo ante la previsión de que fuera necesario volver a utilizarlo más adelante.