Juan Bas, bilbaíno de 46 años, ha descubierto en la novela picaresca del siglo XVII una fuente inagotable de inspiración perfectamente transportable a la actualidad. Ya apuntó sus intenciones en Alacranes en su tinta , editada por Destino en el 2002, y las corrobora ahora en Voracidad (Ediciones B), que suda humor e ironía por los cuatro costados.

Pancho Murga es, de nuevo, el protagonista de una historia a caballo entre el provinciano y nacionalista Bilbao y la aparentemente cosmopolita Madrid. Bas pone en pie una "especie de corte de los milagros actual", según afirma, y traza "una metáfora de ese afán sin límites y sin ética por el enriquecimiento".