Cualquiera, y no solo las estrellas de Hollywood, pagaría por una portada en Vanity Fair. Sin embargo, Brad Pitt está que trina por su tercera aparición en solitario en la primera página de la revista. Sus abogados amenazan con emprender acciones legales contra el mensual, sus representantes han dejado caer que "la gran relación" que mantenían actor y publicación puede verse "afectada" y, mientras, lectores y curiosos tienen nuevos motivos para invertir en el quiosco.

Tras la imagen está el trabajo de un artista para el que la media naranja de Angelina Jolie posó en septiembre del año pasado, Robert Wilson. ¿El problema? Que Pitt, de 42 años, creyó que su retrato en calzones formaba parte de un proyecto de vídeo-retratos, y asegura que ni sabía ni dio permiso para que se utilizara como se ha hecho. "Nos cuestionamos seriamente la integridad y los motivos de Vanity Fair ", ha declarado uno de sus portavoces.

La revista se ha defendido en un comunicado diciendo que "en el contrato que Pitt firmó con Wilson accedió a permitirle usar cualquier imagen de esa sesión en conexión con cualquier tipo de publicidad" para las exposiciones que el artista tiene preparadas para enero del 2007. El comunicado dice también que Wilson envió el 5 de octubre una carta al actor anunciándole que la foto saldría en la portada del primer número que Vanity Fair dedica al arte. La polémica ha generado inestimable publicidad gratuita para Wilson, que, sin duda, también se beneficiará de la controversia. Y es que sus vídeo-retratos en alta definición y a tamaño natural ya se están convirtiendo en un objeto de deseo (por 118.000 euros) para los ricos y famosos.