En circunstancias normales, ayer debería haber recogido el Premio Cervantes 2019 el poeta catalán Joan Margarit. Para homenajear su figura en un día tan especial, el ministerio de Cultura y Deporte, junto a la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, difundieron un vídeo en el que aparecen diferentes personalidades y amigos que hablan de la importancia de su obra y de su relación personal con este creador que, a través de sus versos, habló de libertad, amor, religión o soledad a partir de sus propias vivencias personales desde una verdad siempre lúcida.

El jurado de esta edición valoró la capacidad de Margarit (Sanaüja, La Segarra, 1938) para «enriquecer» tanto la lengua española como la catalana y su talento para convertirse en representante «de la pluralidad cultural peninsular en una dimensión universal de gran maestría».

En ese mismo sentido elogió al autor el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, recordando además su faceta como profesor universitario de Arquitectura, una práctica que combinó a lo largo de los años con su creación literaria: «En lengua catalana, en lengua española, es un reflejo valiosísimo de nuestra cultura, rica y plural».

El vídeo se abre con el propio Margarit recitando un verso en castellano y otro en catalán de uno de sus poemas, reflejando el espíritu de su obra como puente entre ambas lenguas: «Como las gaviotas / Cruzando temporales / se aprende a planear. / Sobrevolar la vida / para avanzar usando / la violencia del viento / igual que las gaviotas».

Los editores Josep Lluch y Chus Visor recuerdan sus vínculos profesionales desde hace más de veinte años, que se remontan a la publicación de su descarnado y estremecedor libro Joana, la crónica de los ocho meses previos a la muerte de su hija, que soportó a lo largo de 30 años el síndrome de Rubinstein-Taybe. «Intentaba poner en orden su mundo y quizás sin saberlo ordenó el mundo de sus lectores», reflexiona Lluch. «Para mí es una de las grandes elegías que se han escrito en lengua española», añade el extremeño Javier Cercas.

Jordi Gracia, ensayista y catedrático de literatura española de la Universitat de Barcelona, reconoce que le resultó emocionante haberle conocido y comprobar el parentesco, la similitud entre el autor de los poemas y la persona, «quizá con la única diferencia de la risa, del humor, de la carcajada». De la misma forma lo recuerdan el historiador José Carlos Mainer y el periodista y escritor Juan Cruz. «Él es justamente lo que dice cada uno de sus poemas. Sin trampa ni cartón. Es la dignidad hecha poesía», añade Lola Larumbe, de la librería Alberti de Madrid.

Las nuevas generaciones han querido sumarse a este homenaje, como es el caso de la joven poeta Elvira Sastre, premio Biblioteca Breve 2019. «No concibo una estantería sin sus obras, la poesía sin su nombre y un día del libro sin su historia literaria». También compañeros de su otra ocupación, la arquitectura, como Rafael Moneo: «Todos sabíamos que aquel joven catedrático de estructuras que te explicaba la asignatura con asombrosa claridad también hacía versos».

El escritor colombiano Héctor Abad Faciolince recuerda una de sus frases más inspiradoras: «Por más bello que sea un poema, ha de ser siempre cruel». Y la periodista Pepa Fernández evoca que, en cada una de sus entrevistas, le dejaba con más preguntas que respuestas, porque siempre le hacía reflexionar. El vídeo termina con Miguel Poveda interpretando a cappella No et veuré mes, que incluyó en Desglac, con letra de un poema de Margarit.