El Cid decidió salir a batallar por toda Castilla porque no soportaba a una familia que no era precisamente un remanso de paz para el guerrero: tenía una suegra --la condesa de Oviedo-- arpía y avara, que además era adicta a las setas alucinógenas y a la mandrágora, y que odiaba a su yerno por encima de todo, una hija ninfómana, otra alcohólica y una esposa--doña Jimena-- tratada como un pelele por su madre y su marido.

Los personajes dibujados por el dramaturgo Francis Acedo en La vida íntima del Cid , llevados a la escena por La Botika en la sección Paseando entre clásicos y palacios del Festival de Teatro Clásico de Cáceres, han ofrecido durante las dos últimas noches una disparatada versión de los motivos que llevaron a este hidalgo a emprender la lucha con la que pasó a la historia. Acedo ha alternado diálogos, fragmentos del Cantar de mio Cid y versiones de temas musicales como A quién le importa , de Alaska.

"En el fondo se trata de un homenaje al personaje y al Cantar de mio Cid, que cumple 800 años, pero es pura recreación", explica el autor de este entremés, en el que ha aprovechado, además, para hacer una crítica al afán de la prensa rosa por destripar a los personajes famosos. De hecho, en un momento de la representación, la condesa de Oviedo dice a su hija que con una familia así ya puede dar gracias a que aún no se ha inventado la prensa del corazón. Acedo reconoce que este tipo de obras le sirven "de terapia para quitarme del teatro lleno de parafernalia y los grandes montajes".

Es cierto que en esta ocasión, más allá del marco que proporciona la plaza de San Mateo, no había un gran escenario --de hecho no había ni butacas--, pero en las representaciones no faltaron los detalles para caricaturizar a los personajes: dos grandes tronos, claveles, candelabros y un retrato del Cid en un torneo, retocado por ordenador.

Más paseos por los clásicos

Las representaciones del espacio Paseando entre clásicos y palacios , echan el telón esta noche con la representación de la obra infantil La princesa y el dragón , a cargo de Titereatro.

La función será a las nueve de la noche en el mismo escenario de la plaza de San Mateo, y en ella los más pequeños podrán disfrutar con una historia con moraleja, en la que dos actores-manipuladores y varios títeres les llevarán por un sinfín de situaciones comprometidas para contarles que el amor está por encima de todo.