I r al Festival de Teatro Clásico de Mérida es «una de esas cosas que hay que hacer al menos una vez en la vida» y este año es «ideal» para estrenarse: «Sacar esta edición ha sido una heroicidad», asegura su director, Jesús Cimarro, que llegó a pensar que la pandemia lo haría imposible.

«Es importante que los festivales sean buque-insignia de la recuperación de la cultura en este país. Van a jugar un papel muy importante para normalizar las relaciones en todos los niveles pero es verdad que cuesta mucho sacar adelante las cosas en estas circunstancias», explica a Efe Cimarro, que también preside la Federación Estatal de Asociaciones de Empresas de Teatro y Danza (Faeteda).

Reconoce que lo vio «negro» en los meses de abril y mayo porque «nadie tenia claro lo que iba a suceder, cuándo se iba a pasar de fase... empezamos a trabajar en cuanto el Gobierno anunció la desescalada pero, claro, ya en un festival reducido», señala.

El público, que estará sentado en las gradas «como siempre», podrá ver «solo» cinco espectáculos del 22 de julio al 23 de agosto: Antígona, de David Gaitán; Anfitrión, de Molière; La comedia de la cestita, de Plauto; Cayo César, de Agustín Muñoz Sanz, y Penélope, de Magüi Mira.

Dos heroínas / «Todo pasa entre Antígona y Penélope y no es casual porque queríamos reivindicar a dos heroínas muy concretas. Es el festival de la mirada de la mujer, de su esencia», explica Cimarro.

Igual que el año pasado reclamaba «un pacto» entre festivales y plataformas como Netflix o Movistar, que «prohibían» a sus actores que compatibilizaran las series con el teatro, lo que había provocado «la caída» de varios de los carteles que había ideado, en esta edición en ese aspecto ha ido todo «como la seda».

«La suerte que hemos tenido es que los actores han mantenido el compromiso que teníamos desde el principio. Todos los que están eran, es decir, son los que iban a ser aunque algunos otros hayan tenido que cambiar por fechas».

Y «todos» son, entre otros, Belén Rueda, María Galiana, Irene Arcos Fernando Cayo, Clara Sanchis, Pepón Nieto, Toni Acosta, Fele Martínez, Mariola Fuentes, Alex O’Dogherty y María Esteve.

«Irene Arcos, en Antígona, y Belén Rueda, en Penélope, debutan ambas en Mérida y abriendo y cerrando el festival le dan un tono muy equilibrado», asegura el también presidente de la productora teatral Pentación y director del Teatro Bellas Artes y de la Latina, ambos en Madrid.

50% de entradas / Para la edición de este año se han puesto a la venta solo el 50% de las entradas posibles -3.100 por función en el teatro romano- porque están esperando a «una tercera fase», esa en la que serán las comunidades las que decidan los aforos, algo que no sucederá hasta comienzos de julio.

«El decreto que aprobó el Gobierno establecía que había que mantener una distancia mínima de 1,5 metros y, en caso de que no se pudiera, se usaría mascarilla, que es el método más seguro. Eso, de facto, abre la posibilidad de aforos del 100% pero tendremos que esperar a lo que decida en este caso Extremadura. Se está siendo muy precavido», precisa.

La respuesta del público está siendo «muy buena», ya que menos de una semana después de poner a la venta las 37.000 entradas de esta «primera entrega» se han vendido 10.000, «¡y queda un mes para que empiece!», presume el vasco (Ermua, Vizcaya, 1965).

Insiste en que se han tomado «todas las medidas y se han seguido estrictamente todos los protocolos de seguridad y, entre otras cosas, se han puesto a disposición del festival 50.000 mascarillas y otras tantas dosis de gel».

La temporada que se estrenará el 22 julio aprovecha un 76% de la que se iba a presentar el pasado mes de marzo y aunque en su sede principal, el teatro romano, se reduce en un mes entero su programación, se mantiene el resto, es decir las «extensiones» en Medellín, Regina y Cáparra, el teatro de calle, familiar, off y las conferencias.

gracias de los hosteleros / «El festival de Mérida es una de esas cosas que hay que hacer una vez en la vida, al menos, y este año es el indicado, el ideal. Mérida está expectante. El sector de la hostelería me ha dado las gracias porque es una inyección vital; es fundamental para Mérida, Extremadura y España», resuelve.

Este es el último año de su actual contrato y aún no sabe si se presentará de nuevo al concurso público que saldrá en breve: «decidiré cuando salga», subraya Cimarro, «enfocado» solo en que esta edición «salga bien, que todo se pueda realizar y que no haya ningún contratiempo».