La editorial Bruguera, con orígenes casi centenarios, deja atrás una etapa de 20 años de silencio y vuelve a las librerías con el propósito de recuperar el espíritu que durante más de cuatro décadas la convirtió en una de las más importantes de España. La editorial llega al mercado con tres obras de autores de postín: El faro , de P. D. James; El amante extremadamente puntilloso , de Alberto Manguel, y Lukumí , de Alfredo Conde. Publicará un mínimo de 22 títulos al año.

Ana María Moix, directora literaria de Bruguera, y Juan Pascual, director general de la unidad de libros del Grupo Z, presentaron ayer la nueva andadura de la editorial, que se centrará en la narrativa en castellano moderna y contemporánea --española y extranjera--, pero sin olvidar al ensayo y la poesía. Moix declaró que también se incluirán en el catálogo obras de autores en catalán, gallego y euskera, y la primera traducción será La pequeña muerte , novela publicada en catalán en el 2004, de Roser Caminals.

LOS PRIMEROS Y PREMIO Los tres primeros autores españoles que se incorporan a la nueva etapa de Bruguera se sumaron al acto de presentación, en la Casa del Libro: Alfredo Conde, Marcos Ordóñez y Adolfo García Ortega. El primero ya tiene en la calle Lukumí , historia de un hombre con dos culturas --cubana y española--, un pícaro que vive a la sombra de la revolución de Fidel Castro, que es enviado a estudiar a Rusia y que acaba en la Galicia de su padre. Detrás del hielo , de Ordóñez, saldrá en abril, y Autómata , de García Ortega, en marzo.

Bruguera tendrá un premio editorial, dotado con 12.000 euros, con un peculiar jurado formado por una única persona, que cambiará cada año, de contrastado prestigio en "el campo de la literatura, poesía o ensayo", según Moix. El juez único de la edición de este año, la primera, es el escritor Eduardo Mendoza. Optan al galardón, que se fallará en marzo, unos 300 originales.

Juan Pascual declaró que la editorial intentará rescatar algunos títulos y autores que publicaron en Bruguera --reunió en su día a nombres como Gabriel García Márquez, Osvaldo Soriano, Juan Carlos Onetti y Cesare Pavese--, a sabiendas de que el tiempo transcurrido y las preferencias de los lectores no juegan precisamente a favor de la reconstrucción mimética de un catálogo que comenzó a tomar forma en 1910, cuando Joan Bruguera Teixidó fundó El Gato Negro, editorial especializada en temas de humor.

UN POCO DE HISTORIA El fundador murió en 1933, sus hijos crearon Bruguera en 1939 y, un año después, comenzaron a tomar formas personajes entrañables --Carpanta, las hermanas Gilda, el reportero Tribulete-- que reproducían con grandes dosis de humor las miserias que le tocó vivir a toda una generación. Los tebeos crearon la base para una expansión que llegó a su punto álgido hacia 1982, cuando se multiplicaron las colecciones, que abarcaron todos los géneros, desde la literatura infantil y juvenil, hasta las de aventuras, las novelitas rosas, coleccionables de venta en quioscos, libros de bolsillo, narrativa contemporánea y clásicos.

El crecimiento, quizá sin control, quizá en una época inadecuada, fue el inicio del fin de Bruguera, que a mediados de la década de los 80 había perdido ya a algunos de sus autores más representativos y se encontraba en plena crisis económica. En septiembre de 1986, Antonio Asensio adquirió la editorial y la incorporó al Grupo Z, y por las mismas fechas fundó Ediciones B, editorial que, a partir de aquel momento, incorporó a los autores que se habían mantenido fieles a la marca, incluidos los de los míticos Capitán Trueno y Mortadelo y Filemón.

La nueva etapa permitirá un segundo trasvase de obras entre las dos editoriales del Grupo Z. Autoras como la inglesa P. D. James y la surafricana Nadine Gordimer --premio Nobel en 1991--, que han publicado en Ediciones B, lo harán a partir de ahora en Bruguera.