Menecmo y Sosicles son dos gemelos separados a los siete años que se buscan --y, por poco, no se encuentran-- en tierras de Epidamno, una ciudad costera y festiva en la que priman los placeres, la diversión y la anarquía moral. Por manías de su abuelo, a Sosicles le cambian el nombre por el de su hermano perdido, Menecmo, y es esta confusión la que da pie a las situaciones cómicas de la representación. En esta comedia de errores y equívocos se suceden los malentendidos y algún que otro intento de engaño, en la piel de unos personajes exagerados hasta la caricatura --eso sí, siempre artística-- y encabezados por los actores Marcial Alvarez y el extremeño Jesús Noguero.

Los Gemelos de Plauto es una obra inédita en el Festival de Mérida, una comedia hecha para el puro divertimento de los espectadores, que se sorprenderán con las acrobacias, la música, las coreografías y, como plato fuerte, unas interpretaciones enérgicas y estudiadas. El extremeño Miguel Murillo ha sido el encargado de adaptar el clásico intentando conservar al máximo la esencia de la obra original y la dirección la encabeza la británica Tamzin Townsend, apodada como la ´reina Midas´ del teatro, por lo que la comedia cuenta con todas las papeletas para ser un éxito en pleno ecuador de la 55 edición del festival.

Violín, guitarra, batería y pandereta completan la instrumentación, vital para el acelerado ritmo de la función y ornamentada con las acrobacias de cuatro expertos en crear formas y movimientos imposibles para la mayoría de los mortales. Todos los actores bailan, cantan y gesticulan de manera exaltada en un espectáculo que roza lo circense. El decorado cuenta solo con dos habitaciones y una cabina telefónica, aunque la mayor parte de la acción se sitúa sobre el teatro semidesnudo de atrezzo, que hace de calle y ciudad para la ocasión. El vestuario es paródico y animado, de un colorido a tono con el espectáculo, con la ventaja de que no se aproxima lo más mínimo a la vulgaridad ni a la risa enlatada y fácil. Por último, los colores llamativos que componen la iluminación enlazan con todos los elementos de la escenografía.

El texto clásico, sin embargo, peca en ocasiones de enrevesado en esta comedia de situaciones, aunque resulta indispensable para mantener la sutileza en los diálogos. En Epidamno, se unen la búsqueda de identidad y la libertad a través de los enredos de unos ciudadanos que actúan con picardía y desparpajo, movidos todos por el interés y la vanidad. Todos son personajes arquetípicos de la comedia burlesca, tan clásicos como contemporáneos: el criado fiel, el parásito, la cortesana codiciosa, el viejo de mal carácter o la esposa histérica.

En definitiva, Los Gemelos de Plauto es un reclamo a todo tipo de público, una propuesta fresca --que no ligera-- que sabe mezclar interpretación, baile, música y acrobacia con el suspense cómico. El ritmo de la obra lo marcan todos estos elementos, sincronizados al milímetro en Epidamno, un pueblo --como bien apunta Secun de la Rosa caracterizado como Messenion-- de "psicofantes y locos".