La temida, odiada e imitada Página 6 del New York Post es el emblema del periodismo de cotilleo en EEUU. Que un nombre aparezca ahí en negrita denota cierto nivel de fama, aunque muchos de sus pobladores preferirían que se ahorrara la tinta en historias, muchas veces, devastadoras. Pues bien, el acusador se ha convertido en acusado y la Página 6 lidia con un escándalo mayúsculo que pone en cuestión su ética y sus métodos y está siendo investigado por el FBI.

En el punto de mira de los agentes federales está Jared Paul Stern, uno de los periodistas que colaboraba con la Página 6 . Según vídeos y correos electrónicos en poder de las autoridades, el reportero aprovechó su poder para chantajear al multimillonario Ronald Burkle.

El hombre que ha creado un imperio con sus supermercados y que cuenta con amigos como Bill Clinton y George Soros se quejó de un año de historias negativas. Stern le sugirió entonces que era posible dar un tono más favorable a las informaciones, con un pago de casi 83.000 euros y una mensualidad de 8.300 euros más. De poco ha servido que Stern diga que intentaba negociar con Burkle una inversión. El Post ha suspendido su colaboración, nadie duda de que violó las normas éticas y él ha entonado el mea culpa : "No puedo defender mi falta de juicio". Además, ha salido a la luz que, en contra del código ético de la compañía, el redacto jefe de la página, Richard Johnson, aceptó costosos regalos y llegó a acuerdos con algunas víctimas , como el productor Harvey Weinstein y Ronald Perelman, presidente de Revlon.