Será uno de los grandes atractivos de Extremúsika 2009. Jethro Tull, banda británica de rock progresivo, desembarcará en el festival con el incombustible escocés Ian Anderson al frente, 40 años en los escenarios y más de una treintena de discos de folk rock, hard rock y rock sinfónico. El grupo, que tomó su nombre del agricultor que inventó la primera máquina agrícola en el siglo XVIII, formará parte del elenco de artistas que desfilará el 17 de abril por el escenario del albergue El Prado de Mérida que irá situado junto a la ribera del Guadiana. Será la tarde--noche de Jethro Tull y del rock andaluz, con Triana, Alameda, Lole Montoya, Raimundo Amador, Imán Califato Independiente, Smash con Manuel Molina, Tabletom y Amadablan.

Angel Romero, promotor del festival, tiene claro por qué Jethro Tull se ha convertido en uno de los referentes del cartel de esta edición. Recuerda aquella mítica frase de Anderson "Demasiado viejo para el rock and roll, demasiado joven para morir" con la que el flautista, vocalista, líder y compositor de Jethro Tull marcó en 1978 "la hegemonía de la juventud sobre el rock en el vinilo genérico que editó con esa denominación".

Pero detrás de la música este artista esconde curiosidades como su manía al tabaco y ese manera de tocar la flauta a la pata coja. Anderson pone como condición inexcusable que no se fume en sus conciertos. "Es un personaje peculiar y carismático, un magnífico guitarrista que disfruta del arpegio y un serio e irónico letrista de mensaje profundo y convicciones empecinadas, que hoy le hace la guerra al tabaco con el mismo énfasis que antes cantaba con un cigarro en la boca", añade Romero. Y es que Anderson detiene la música si detecta humo fuera o dentro del escenario. Su inconfundible figura haciendo equilibrio con una sola pierna proviene de la costumbre escocesa de aprender a tocar la flauta combinando equilibrio y respiración.

Un amplio recorrido

Romero pone como ejemplo en la singular trayectoria de Jethro Tull su obra cumbre, Thick as a brick , editada en 1972, "una sola y maravillosa canción de 45 minutos con los movimientos y cambios que se pueden detectar en una sinfonía, es decir, el folk rock de Jethro Tull da paso al rock sinfónico". Añade que la canción está provista "de una bellísima letra y de un juego de márketing para sorprender a propios y extraños. Se trata de los poemas de un niño de nueve años, ganador del primer premio de un concurso infantil nacional de poesía". La portada del disco muestra un periódico que se hacía eco de la noticia del certamen. Todo resultó ser después una broma publicitaria del propio Anderson.

Romero invita a disfrutar del duende del músico escocés y los suyos junto al Guadiana. Espera que "la flauta mágica de Ian Anderson se mezcle con la roja estela del cálido atardecer del Guadiana, donde el folclore escocés y el rock, hijo del jazz y nieto del blues, se darán la mano en Extremúsika". Solo queda escucharle.