Después de casi dos años de trabajo, anoche se inauguró Francisco Pedraja. Exposición antológica, 1950-2007 en el Museo de Bellas Artes, especialmente preparado para recibir esta muestra que ocupa prácticamente todo el edificio y que es considerada como una de las más importantes del año en Badajoz. Es donde Pedraja vive y donde ha realizado su obra. Y aunque ha realizado decenas de exposiciones, ésta es su primera antológica, pues hace dos años montó una en el Luis de Morales que abarcó de 1996 al 2004.

Esta muestra, que inauguró la consejera de Cultura, Leonor Flores, con el alcalde Miguel Celdrán y el presidente de la diputación, Valentín Cortés, cuenta con 116 cuadros procedentes de diversas colecciones públicas y privadas, una selección del comisario de la exposición, el crítico Javier Rubio Nomblot; del técnico de Cultura Fernando Pérez y de los profesores universitarios Zacarías Calzado y José Julio García, además de con la colaboración de su hijo José María Pedraja.

--¿Es esta exposición un reconocimiento de la ciudad, del mundo de la cultura?

--Sí; la solicitaron representantes del mundo de la cultura, el arte, la universidad y las academias; y también de la ciudad y de Extremadura. Para mí tiene un significado especialísimo porque ha llegado cuando aún estoy vivo.

--¿Esta antológica es algo más que una suma de obras?

--Es mucho más, porque se ven conjuntos de épocas, de temas, de técnicas que van evolucionando sin darse cuenta el propio pintor. Es realmente como una autobiografía plástica en la que se contempla el pasado que se ha hecho presente en esas obras.

--Su producción es enorme, ¿cómo se ha hecho la selección?

--La han hecho el comisario y la comisión de técnicos pero previamente había una catalogación de la obra muy extensa. Es un trabajo de mucho tiempo que requiere el conocimiento intenso de la obra. Y mi participación, por estar vivo, es importante pues tengo no solo datos, sino además, buena memoria.

¿Qué descubrirá el espectador?

--Es difícil, pero creo que encontrará un pintor de una dimensión mayor de la que creía encontrar si solo tenía conocimiento de algunas obras. Y verá mi implicación en los movimientos de vanguardia de la pintura española, no solo de Extremadura.

--¿Se recuperan murales?

--Sí, hay dos: Europa , de 2 por 4 metros, y otro de la misma dimensión, La guerra , que es una llamada a la paz que comencé en el 2004 y he terminado este año. Llamará mucho la atención; es una obra simbólica y con referencias expresas al cercano Oriente, donde desde hace siglos, y actualmente, existe una guerra continua.

--¿Ve usted contradicción entre vanguardia y academia, o recoge el concepto de lo clásico?

--Hay cosas que son perennes y saber encontrar esas razones plásticas es lo que hace posible el avance del arte en todos los sentidos. Realmente, decía Eugenio d´Ors que lo que no es tradición es plagio.

--¿Cómo ve el arte actual?

--Son momentos difíciles. Sería casi imposible hacer una definición de arte dado que hay tantas propuestas, pero pienso que lo mismo que decían que la historia iba a morir, y también lo han dicho de la pintura, ni una ni otra pueden desaparecer del hombre, pues dejaría de tener personalidad; le faltaría algo. Prescindir de la historia o del arte sería un absurdo. Realmente, decía Ortega que más que naturaleza somos historia.

--¿Existe arte sin pensamiento, sin investigación?

--El arte es pensamiento y sentimiento. Y la investigación es una constante del ser humano y del mundo del arte y se hace al andar, como el camino.

--Para usted es difícil, pero destaque algo de la exposición.

--Yo me quedaría con mi última época que es la que tengo y puedo, si Dios quiere, seguir desarrollando; lo otro se terminó.

--¿Puede ser la más rica al ser un compendio de lo anterior?

--Sin ello perdería las raíces de lo que ha hecho posible lo que hago ahora.

--¿Cómo transmite una vida dedicada al arte?

--Desde la docencia, el estudio, la transmisión del pensamiento y del arte a la sociedad creo que puede ser un ejemplo de humanidad, lo que trataron de hacer en el Renacimiento italiano. Y la suerte de unir el trabajo con devoción y vocación.

--¿Cambiaría el mundo un nuevo Renacimiento?

--Pienso que es imprescindible. Si todos desde su parcela intentan cambiar el mundo, creo que se cambiaría. Y quizás sea el punto fundamental considerar y respetar la dignidad del ser humano. Cualquier persona por serlo es digna del máximo respeto. La verdad, la bondad y la belleza son los tres pilares del mundo.