Emir Kusturica, dos veces ganador de la Palma de Oro, se declara "loco", entendido como el sufrimiento que genera la independencia intelectual y el hecho de discrepar constantemente con lo que denomina esa gran masa de "idiotas políticos". El cineasta hace visibles sus miedos interiores a través de personajes que simbolizan aquello que más le preocupa, y eso, según contó ayer, lo habla con su psiquiatra. "Desde Quién se acuerda de Dolly Bell --que en 1981 se llevó el León de Oro en Venecia-- siempre he rodado el mismo filme. Es la locura vista por un loco".
La séptima entrega de lo que él considera una única película es Promise me this , que ayer causó reacciones adversas. Los aplausos no lograron aplacar los gestos de desaprovación con que algunos críticos recibieron su crónica sobre la corrupción y la especulación inmobiliaria.
En (el improbable) caso de resultar ganador, este filme consagraría a Kusturica como el único director con tres Palmas de Oro. La primera llegó en 1985 con Papá está en viaje de negocios y la segunda, 10 años después, con Underground. "He estado demasiadas veces en Cannes. ¿Qué sentido tiene seguir viniendo a concurso", declaró a cerca de la posibilidad de competir de nuevo si hoy se marcha de vacío.
MOMENTOS GENIALES Promise me this , no obstante, tiene situaciones brillantes, como el esquelético hombre bala disfrazado de Supermán que sobrevuela la aislada aldea en la que un abuelo y su nieto se enfrentan contra unos mafiosos que planean construir un World Trade Center en Serbia.
"Soy uno de los pocos que hace el cine que me gusta", afirmó Kusturica, que no paró de citar como referente a la activista canadiense Naomi Klein. Y lo que a él le atrae son los personajes circenses que, entre pandereta y pandereta, sueltan palabras, como provocación, de doble lectura política. "Ahora se llama provocación a todo. Hitler entró en Polonia motivado por el odio. Hoy te bombardean cuando te quieren demasiado", dijo en alusión a los ataques emprendidos en 1999 por la Alianza Atlántica sobre Serbia.
