ROBADO al Centro Pompidou a finales del siglo XX y hallado en Nueva York en diciembre de 2014, ya está colgado en los muros del museo donde se perdió su pista entre los años 1998 y 2000. Esa pequeña obra maestra cubista de 33x46 centímetros, que el artista malagueño pintó en 1911 con tonos austeros, se reencuentra con el público completamente restaurada por la jefa del servicio del Museo Nacional de Arte Moderno, con sede en el Pompidou, Véronique Sorano-Stedman.