El álbum de homenaje no se extingue y tras la edición de Voces del Mediterráneo, disco consagrado al clásico de Serrat, es ahora su colega de correrías Sabina el que inspira una de esas operaciones de culto que realzan viejos catálogos. Un doble álbum abierto al repertorio de todas sus épocas, y encaminado a demostrar que el cantautor de Úbeda ha influido a músicos de muy diversas familias: trovadores, rockeros, melódicos, flamencos y mestizos desfilan rindiéndole honores.

Sabina ha inspirado tres álbumes de homenaje hasta la fecha, el de voces femeninas ...entre todas las mujeres (2003), el cubano La Habana canta a Sabina (2011) y el flamenco De purísima y oro (2012). Este es el menos pautado, con artistas de variados perfiles, jóvenes y veteranos, aunque algo decantado hacia el pop comercial. Por muy buena que sea una versión, difícilmente hará olvidar un original con leyenda, pero aquí podemos echarnos a la boca algunas temas con personalidad y sentimiento, que funden la esencia de la canción con la del intérprete.

No es exactamente el caso de ese Ruido que abre el álbum, muy sujeto al lenguaje knopfleriano de Fito & Fitipaldis y no tanto al de un Coque Malla que pasa por ahí como un visitante. Pero sí de la apropiación de Contigo por parte de Alejandro Sanz, íntima y desgarrada, sobre un tejido íntimo de piano y contrabajo.

VIEJOS ROCKEROS / También Bunbury se esmera en Donde habita el olvido, solemne sin hacerse el interesante más de lo imprescindible, y Leiva, llevando a un franco rock’n’roll El caso de la rubia platino. Territorio este en el que se mueve Estopa con un Pacto entre caballeros a tumba abierta y la reunión de Andrés Calamaro, Ariel Rot y Germán Vilella, resucitando a Los Rodríguez en Princesa.

Es todo un logro el acercamiento de Calle Melancolía a un Extremoduro con violín por parte de Robe Iniesta, alargada a placer hasta el final. Y sale resultón ese 19 Días y 500 noches compartido por el recitado de Benjamín Prado y la réplica flamenca de la joven cantaora madrileña Travis Birds, asfaltando el camino para que el Niño de Elche y Guitarricadelafuente (el veinteañero Álvaro Lafuente) unan sus voces en un Cerrado por derribo, quizá algo falto de sangre.

RUFUS T.FIREFLY O SERRAT / La secuencia que enlaza la copla Y sin embargo te quiero con Y sin embargo se transforma en una plática atmosférica entre Zahara y Dani Martín de emotividad latente. Serrat hace buenas migas con Rozalén en A la orilla de la chimenea, y Mikel Erentxun y Rufus T. Firefly se atreven con un rock a lo Beatles tardíos para Lo niego todo. Con el clímax ligero de Y nos dieron las diez, compartido a lo We are the world, concluye un recorrido muy amplio (25 canciones), con irregularidades y muestras de que Sabina sigue pudiendo sacar lo mejor de intérpretes a veces alejados de su estética musical. En total, 38 cantantes y artistas participan en el disco de homenaje a Sabina.