El buen tiempo de la capital extremeña acompañó anoche a Baco y a Jantías durante su viaje hacia el inframundo para resucitar a Eurípides. El dios del vino está hastiado de la deplorable calidad del teatro, y es por ello que decide devolver al mundo de los vivos al poeta. Las arenas del teatro se transformaron en la morada de los muertos, el cuadro escénico en el que desarrolla esta aventura dirigida por Juan Dolores Caballero. El director de la primera comedia de esta edición, Las Ranas , llevó a escena un texto adaptado del gran dramaturgo griego, Aristófanes. Hizo sonreir e incluso llorar de la risa a un público espectante.

El diálogo de los personajes estuvo acompañado por ritmos 'pop-indie' de una banda de músicos, que junto a la "rana" Beth conformaron el hilo musical de la narración. Durante todas las escenas del viaje guiaron el camino de Baco y su esclavo "reguñón", Jantías, quienes iniciaron el trayecto de la mano de Caronte. Las luces azules inundaron el teatro, transformándolo en el gran lago que separa el mundo de los muertos del de los vivos. De un verde brillante, la voz cantante del mito griego, la "ranadora" apareció en escena para guiar a la pareja protagonista durante el viaje al Inframundo, con un estilo que recordaba a las musas de Hércules.

Siguiendo en la línea de la interpretación, Pepe Viyuela y Miriam Díaz Aroca, junto a los ocho artistas que salieron a escena, cumplieron su promesa de hacer reír al público. Un dios del vino más elocuente que nunca, que arrastraba consigo a Jantías, a una actriz que estaba irreconocible en el papel de esclavo. No pasaron desapercibidos tampoco Susana Hernández, Carles Moreu, y Selu Nieto, estos dos últimos daban vida a Eurípides y Esquilo respectivamente, quienes se enfrentaron en la segunda parte de la representación a una batalla entre poetas.

Mediada por el dios Baco en todo su esplendor, con corona de laurel y copa de vino incluida, los difuntos literatos iniciaron una lucha verbal en la cual analizaban sus estilos a la vez que destacaban la importancia de la poesía a la hora de influir en la sociedad. Tampoco faltaron críticas a los ciudadanos de clase alta de la época, y que podían recordar a situaciones de tremenda actualidad. Un aspecto que ya avisó en la rueda de prensa el director, Juan Dolores Caballero, señalando que los mitos clásicos no pasan de moda. Hizo reír durante la representación y se llevó los aplausos ansiados por el equipo.