Mike Tyson nunca pensó que llegaría vivo a los 40 años, y la verdad es que no lo hizo. Entendámonos: técnicamente, el tipo que ayer presentó en Cannes un documental sobre su vida es Mike Tyson, pero poco parece quedar de la personalidad que un día le llevó a ser conocido como El hombre más malo del planeta. Este Tyson es un gigante algo patético con cara de león herido --el tatuaje maorí que le enmarca el rostro acentúa su aspecto felino--, que le debe millones de dólares al Departamento del Tesoro de EEUU, que lleva 15 meses sobrio tras años de abusos con las drogas y el alcohol, y que pelea su último combate, esta vez contra sí mismo y su pasado.

Tyson, que mezcla fragmentos de entrevistas con imágenes de archivo, hace revivir al excampeón mundial de los pesos pesados una vida que le avergüenza. Dirige el filme el francotirador James Toback, que conoció al exboxeador en 1985 y que hasta ahora había trabajado con él en Black and white (1999) y When will I be loved (2004).

"Mike posee una mística inexplicable --aseguró Toback ante la prensa--, el tipo de condición icónica que también tienen Marlon Brando, Marlene Dietrich y Michael Jordan. Puede que Muhammad Ali fuera un showman insuperable pero, definitivamente, Tyson ha sido el mejor púgil. Su fuerza, su puntería y su rapidez son únicas". Sin embargo, su arma más letal en el ring era otra. Como muestran las imágenes de sus viejos combates, siempre dominaba psicológicamente a sus oponentes, desde el momento en que subía al ring. Les miraba a los ojos con ojos asesinos. Si apartaban la mirada, ya sabía que los iba a tumbar. Y tumbó a muchos desde que en 1985 ganó por primera vez el título rodeado por el tipo de eco mediático reservado a la realeza o a Angelina Jolie. Venció por KO a 19 de sus primeros 22 oponentes, a la mayoría de ellos en el primer asalto. Era como un Dios, pero los dioses no lo mandan todo al garete. Tyson parece haber sido para él como tumbarse en el diván 90 minutos. "Es duro verme en la película, me siento muy vulnerable contando todas esas cosas", confesó.