En contra de lo que suele decirse, el primer gran diseñador español de moda no fue Balenciaga, fue Zurbarán. El pintor extremeño (Fuente de Cantos, 1598, Madrid, 1664) afincado en Sevilla que plasmó la asceta vida monástica con austeros retratos de frailes con hábitos blancos, fue también el pintor sofisticado que representó como nadie la rica indumentaria de las damas del siglo XVII. El título de decano de la moda se lo debe tanto al tratamiento que hizo de los tejidos como a las combinaciones de estampados que ideó, sin olvidar los colores que utilizó. Y ahí están para demostrarlo su colección de retratos a lo divino (damas aristocráticas pintadas con atributos de mártires) y la exposición Santas de Zurbarán: Devoción y persuasión , en el Espacio Santa Clara de Sevilla.

La muestra, patrocinada por la Fundación BBVA y comisariada por el catedrático Benito Navarrete, exhibe como si desfilaran por una pasarela celestial 17 --nueve autógrafas y ocho salidas de su taller-- de las innumerables santas vírgenes mártires que Francisco de Zurbarán pintó a lo largo de su trayectoria. Están santa Catalina de Alejandría, santa Isabel de Portugal, santa Margarita de Antioquía y santa Casilda, entre otras, ataviadas como damas de la alta sociedad y con los instrumentos de su martirio, y dispuestas en procesión, como debieron mostrarse en su momento en las naves de las iglesias y en los autos sacramentales. Ni una gota de sangre ni un ápice de sufrimiento. Pero sí mucho misticismo y unos vestidos que "subrayan su sensualidad no su sexualidad, un rasgo que comparte con Balenciaga", apunta Navarrete.

Por esto, el punto de partida de la exposición es el traje que en 1961 diseñó el maestro de Guetaria inspirándose en el cuadro santa Casilda, vestido con el que el modista español consiguió recrear los volúmenes zurbaranescos y seducir a la crítica. Pero Balenciaga (1895-1972) no es el único diseñador contemporáneo presente en la muestra. El resto de santas expuestas también lucen acompañadas de trajes modernos con firma de lujo: Elio Berhanyer, Devota y Lomba, Francis Montesinos, Angel Schlesser, Juan Duyos, Pedro Moreno, Ana Locking, Roberto Torreta, Hanníbal Laguna, Vittorio y Luchino, y Agatha Ruiz de la Prada. Cada uno de ellos ha hecho su propia reinterpretación de los vestidos plasmados por el pintor barroco.

El objetivo del maridaje entre pintura y moda es "reconciliar el sentido y la funcionalidad de la producción zurbanesca del siglo XVII con la creación actual de diseñadores influidos por el pintor o que le consideran el primer modisto español", concluye Navarrete.

Así, las santas barrocas y los modelos contemporáneos desfilarán por los dormitorios del antiguo convento de Santa Clara hasta el próximo 20 de julio.