Augusto Algueró murió ayer mientras dormía en su domicilio de Torremolinos, una de las mecas del desarrollismo de la España de los 70, que a él le gustaba llamar el "Miami de Europa". Tenía 76 años. Solo hay que recordar la lista de los grandes éxitos de este compositor y arreglista para darse cuenta de su importancia en la vida sentimental de los españolitos de los 60 y primeros 70. Tómbola , Estando contigo , Te quiero, te quiero , Noelia , Me conformo y La chica yeyé fueron algunas de sus más de 500 canciones, a las que hay que añadir 200 bandas sonoras. Si a eso unimos su boda y posteriores relaciones tormentosas con Carmen Sevilla, tendremos la ecuación perfecta en la creación del famoseo de la época.

Nacido en Barcelona en 1934, Augusto Algueró era hijo y nieto de músicos. El abuelo acompañaba al piano a Raquel Meller y su padre, el dueño de la editorial Canciones del Mundo, un hombre que mandaba mucho en el negocio musical y que intentó, infructuosamente, que su hijo se convirtiera en médico. Para Augusto Algueró hijo, que además fue niño prodigio, la música tiraba mucho. Con gran facilidad para la melodía ligera y copiando las fórmulas de las grandes orquestas americanas, no le costó mucho convertirse en el compositor de referencia del pop española con la ayuda del letrista Antonio Guijarro. Después vendrían Juan Carlos Calderón, Alfonso Santisteban y Waldo de los Ríos. De ahí a ser una de las batutas oficiales en el Festival de Eurovisión, un paso.

A Carmen Sevilla, miembro del póquer de damas del cine folclórico, la conoce en el rodaje de La fierecilla domada en 1955, película a la que él puso la banda sonora. Tras seis años de formal noviazgo, la pareja se casa en el Pilar de Zaragoza con la plana mayor de la curia, banda de tunos incluida y las cámaras del Nodo por testigo. En 1971 se acabó el cuento de hadas con una sonada separación. La pareja tuvo un hijo, el cuarto Augusto Algueró del clan, naturalmente músico. Muchos años después, Sevilla en sus memorias explicaría así la ruptura "En el matrimonio es muy importante el sexo. Si un hombre es feliz en la cama con su mujer no hay tía que se meta por en medio. Y con Augusto se me metieron todas". Su fama de conquistador se reveló en las revistas del corazón en plena época del destape e implicó a bellas como Blanca Estrada, Ornella Mutti y Mariví Dominguín. En 1986, con los ánimos más templados se casó con Natividad Benito.

Sus gafas ahumadas se pasearon por medio mundo. Llegó a codearse con Henry Mancini y Lalo Schiffrin. Y si hubiera que destacar un momento de gloria sería aquel que Sevilla y él compartieron en el televisivo Show de Ed Sullivan.