La isla del tesoro parece un rito de paso para los jóvenes lectores que se enfrentan a la historia de un adolescente, Jim, embarcado junto a marineros poco juiciosos, que que le harán despertar a la vida en una isla perdida en el Atlántico. Con esta novela Robert Louis Stevenson logró una de sus cimas como narrador pues desde su publicación no ha dejado de reeditarse: mañana lo hará una vez más, cuando llegue a las manos de los lectores de EL PERIODICO EXTREMADURA. El escritor escocés, nacido en 1850, empezó a escribir esta narración en el verano de 1881, a razón de un capítulo por día durante quince días y la acabó en el mismo año. Gracias al éxito obtenido con La isla del tesoro su literatura se orientó hacia el género de aventuras. Trece años después murió en la isla de Samoa adonde se retiró por motivos de salud. En su tumba figura el apodo que le dieron los samoanos: Tusitala: el contador de historias.