El portavoz de Cultura del Grupo del PP en la Asamblea de Extremadura, Alberto Casero, solicitan "la dimisión o el cese" del director del Festival de Mérida, Francisco Suárez, y "responsabilidades políticas" a quien "lo ha nombrado y mantiene en el puesto" porque la LVII edición ha sido "la peor de la historia".

Según recoge la agencia Efe, Casero advierte que efectúa "una crítica constructiva" en la que reclama que Suárez no siga como director del festival, ya que, en su opinión, esta edición supone "el culmen, la peor de la historia, lo que le incapacita para la dirección" y agrega que "este año se ha tocado techo en la incompetencia y la dejadez".

Por ello, demanda responsabilidades políticas de quienes respaldan al director del festival. Además, existe transparencia en la gestión económica del ciclo y que la Junta de Extremadura "deje de jugar" con él y que se establezcan "las líneas y pautas que no se pueden traspasar, todo para mantener la calidad".

A su juicio, se abandona la clásica "línea grecolatina" y se ofrece otra que puede insertarse "en cualquier festival del país".

También ha explicado que, a pesar de los "recortes" experimentados en el presupuesto, de unos 800.000 euros inicialmente y de 400.000 al final, este año había recursos suficientes para afrontar la programación en buenas condiciones y hacerla buena, pero que no ha sido así debido a la falta de "imaginación, esfuerzo y trabajo".

Según Casero, es preciso "un cambio de rumbo" para recuperar la calidad, la esencia grecolatina y las producciones propias ya que el emeritense "es le referencia de los festivales grecolatinos del país y de Europa". "Una mala edición es una mala imagen de Extremadura". Por ello, el responsable del PP pide recuperar la "esencia grecolatina, internacionalización, calidad y producciones extremeñas".

Por su parte, Milagros Rodicio, miembro de la Comisión de Cultura y Turismo del Grupo Parlamentario Popular, subraya que esta edición ha sido "caótica, sin coherencia de ideas y de contenidos grecolatinos" y matiza que, con la inclusión de obras "no grecolatinas" como la Electra de Benito Pérez Galdós, se ha tratado de "justificar lo injustificable", que es el abandono de la tradición del Festival de Mérida.

También exige explicaciones por la suspensión del espectáculo inaugural, Medea, lo que ha achacado a que la dirección incumplió el contrato con la compañía de la obra.