Es la segunda vez que Carlos Marqués-Marcet triunfa en el Festival de Málaga. En el 2014, su ópera prima, 10.000 km., nos descubrió su especial sensibilidad a la hora de adentrarse en la intimidad sentimental para hablar de algunos de los problemas a los que se enfrentan las relaciones amorosas en la actualidad. Ahora, en Los días que vendrán, que ayer se llevó la Biznaga de Oro, vuelve a practicar un mecanismo parecido, pero con componente de realidad que lo sitúa a medio camino entre la ficción y el experimento verité.

El director documenta el embarazo real de la pareja formada por Maria Rodríguez Soto y David Verdaguer, y junto a ellos compone un filme que reflexiona en torno a lo femenino y lo masculino, sobre el choque que se establece entre ambas perspectivas ante un punto de inflexión vital tan trascendental y lleno de interrogantes como es la llegada de un bebé.

El jurado de la sección oficial también premió la dirección de Marqués-Marcet, un trabajo de una enorme complejidad por la propia naturaleza del proyecto, casi al límite del work in progress, y la interpretación de Maria Rodríguez Soto, de una generosidad incuestionable.

ÉXITO DEL CINE MEXICANO / En el apartado latinoamericano, dos películas mexicanas fueron las auténticas protagonistas de un festival que se empeña en dar dos Biznagas contribuyendo al paternalismo hacia el cine español. Las niñas bien y Esto no es Berlín estaban muy por encima de todas las películas españolas presentadas en el certamen. Afortunadamente fueron reconocidas por el jurado. Las niñas bien consiguió la Biznaga de Oro, el premio al mejor guion (adaptación de una novela de Guadalupe Loaeza) y el del mejor montaje. La película de Alejandra Márquez Abella es una implacable crónica en torno a la bajada a los infiernos de la clase burguesa mexicana durante los años 80, cuando se desató una crisis financiera y las élites vieron cómo su espacio era fagocitado por los nuevos ricos.

Esto no es Berlín también se desarrolla en la década de los 80, pero en un ambiente diferente: el de los jóvenes que descubrían la libertad, las drogas, la música punk y la diversidad sexual. Hari Sama consigue una fantástica recreación de la época, de esa movida mexicana que supuso un soplo de aire fresco. Cosechó la Biznaga de Plata premio especial del jurado, el premio al mejor actor secundario para el magnético Mauro Sánchez Navarro, el de mejor fotografía y el premio de la crítica.

El actor argentino Óscar Martínez se hizo con el premio de interpretación masculina por la película de Santi Amodeo Yo, mi mujer y mi mujer muerta y los españoles Quim Gutiérrez (Litus) y Maggie Civantos (Antes de la quema) triunfaron en los apartados de reparto, esta última junto a Carolina Ramírez por la magnífica cinta colombiana Niña errante.