Un día después de que las vacaciones navideñas de Blair quedaran al descubierto tras salirse de la pista el avión en el que viajaba, un portavoz de su residencia aseguró, ayer, que el primer ministro ha pagado a Robin Gibb por utilizar su mansión de Miami Beach. Las declaraciones surgieron a raíz de la polémica creada sobre si Blair se está beneficiando de su posición para conseguir unas vacaciones baratitas. Pero mientras en Downing Street afirman que ha habido un "acuerdo comercial privado", la señora Gibb dijo: "Es un arreglo amistoso". El premier ya recibió críticas en el pasado por estas estancias.