--El festival cumple 22 años en Cáceres, única sede española que ha logrado un registro parecido. ¿A qué se ha debido?

--Sin duda a la sintonía que ha habido desde el principio entre el festival y el público cacereño, algo que con el paso de los años se ha ido puliendo y mejorando gracias al esfuerzo de todas las partes implicadas, incluyendo a las instituciones que con su apoyo hacen posible la continuidad.

--¿Qué supone para la marca Womad contar con la marca Cáceres?

--Ambas marcas, si lo queremos llamar así, se compenetran a la perfección. Womad se adapta a su entorno, pero es que la Ciudad Monumental de Cáceres, y sus cigüeñas, es un contexto en el que la filosofía Womad luce de manera especial.

--¿Cuáles serán las esencias del cartel de este año?

--Ha quedado muy variado con visitas musicales a los cinco continentes del mundo. Personalmente, me hace mucha ilusión el guiño a Mali, con dos artistas de primerísima división como Rokia Traoré y Bassekou Kouyate. Es un país que nos ha dado mucho y esperamos que pronto salga de la delicada situación en la que se encuentra.

--El respaldo de las distintas Administraciones (Gobierno de Extremadura, Ayuntamiento de Cáceres y Diputación de Cáceres) ha sido una garantía para la continuidad del festival. ¿Hubiera sido posible sin ellas?

--Es evidente que, sin apoyo institucional, no se podría entender el festival tal y como lo entendemos. Y creo sinceramente que la fórmula del festival en los últimos años es la más adecuada a las necesidades y demandas culturales, sociales y económicas de la ciudad. Así que hay que resaltar especialmente el esfuerzo continuado de las instituciones para mantener su apoyo.

--El respaldo del público también ha sido fundamental para que el certamen se mantenga año tras año. ¿Hasta dónde cree que ha influido para convertirse en otra de las claves?

--Sin público, esto tampoco tendría sentido. A nadie se le escapa que, a lo largo de nuestros 22 años de historia en Cáceres, ha habido momentos duros donde se cuestionaba nuestra presencia y en esos momentos el apoyo del público ha sido clave para mantener el festival con vida.

--En tiempos difíciles para la pervivencia de los festivales, ¿no le parece un privilegio para el público poder seguir disfrutando de un festival gratuito?

--Es un privilegio total, que espero que sea apreciado y disfrutado en su justa medida. Es también una responsabilidad extra para nosotros, responsabilidad que afrontamos de muy buen grado buscando responder con el mejor festival que nos sea posible.

--Dos escenarios en la plaza Mayor y San Jorge. ¿Son suficientes o le gustaría contar con alguno más?

--Son más suficientes para garantizar la experiencia Womad, aunque siempre, sea cual sea el formato que acabemos presentando, está en nuestra naturaleza soñar con más espacios y más oferta festivalera. Lo veo hasta sano.

--De todos los artistas que han pasado por Cáceres, ¿a quiénes recuerda especialmente?

--Demasiados momentos como para destacar alguno. Además, aunque suene a tópico, en Womad nos gusta ver a todos los artistas con el mismo nivel de importancia. No creemos en el concepto de los cabezas de cartel.

--¿A quién le gustaría traer?

--Ahí también la lista es enorme. Cada año se van cumpliendo algunos sueños y vamos añadiendo otros. Evidentemente, es una lista que se vuelve más factible si se mantiene en cierto secreto (risas).

--Las bandas extremeñas también han crecido con el paso de los años en el festival. Este año serán cuatro en el cartel...

--Mucho. Cada vez se vuelve más complicado escoger a las que podrán entrar en una edición concreta. Me gusta pensar que en algo se les nota la influencia de haber estado escuchando a tantos grandísimos artistas de Womad a lo largo de tantos años.