Ha nacido una nueva editorial en Extremadura. Se llama Siete pisos, nombre homónimo de un relato de Dino Buzzatti, que es el preferido de sus fundadores, los cuales para empezar se han lanzado también con un libro de relatos breves bajo el título La condena y otros clásicos ilustrados (Kafka, Chéjov, Maupassant, Turguénev), y en cartera está Ocho cuentos góticos (entre el papel y la pantalla). La persona que está detrás de esta iniciativa cultural es Jorge Ávila Martín (Plasencia, 1975), un psicólogo de profesión (trabajo que por ahora seguirá ejerciendo) y escritor vocacional (ha publicado Tambores de pareja, su primera obra, El libro sin dueño, y Conversaciones ante el despertador), que el 2 de enero de este año firmó la constitución de su editorial, aventura en la que tiene dos compañeros de viaje, aunque «el peso lo llevo yo», dice, excepto en la tarea de lectura de los textos, en la que el trabajo está más repartido.

Asegura Jorge Ávila que han abierto Siete pisos por «el gusto por la literatura, por la pretensión de apostar por estilos que nos gustan, porque hay muchos escritores sin oportunidades de enviar su manuscrito, pues, en general, a la hora de abrir puertas parece que prima el factor comercial sobre la calidad literaria, y nosotros queremos movernos en otra línea», afirma y añade: «Soy ante todo escritor y, quizá por eso, miro, de momento, desde un ángulo más sentimental que empresarial; espero que el factor económico no nos haga luego caer de bruces».

Con sede en Malpartida de Plasencia, donde él vive, en Siete pisos tienen pensado publicar ocho libros al año, y centrarse en tres colecciones, dos de narrativa, que incluye una de clásicos, en especial de los siglo XIX y XX, y otra a la que denominan Emergentes, para publicar nuevas voces en lengua española, y una tercera de ensayo, sobre todo de ciencias humanas, pero también les interesan los filosóficos y de literatura. Y esto es así, porque en Siete pisos les gusta «la literatura que profundiza en las galerías del ser humano, textos que resuenen cuando cierras el libro».

La relación de Jorge Ávila, que ejerce como editor en esta nueva empresa, con el mundo editorial se reducía, hasta la fecha, a la que ha tenido como escritor y preguntado sobre si van a publicar a autores extremeños, precisa que en Emergentes editarán a escritores que vivan en España con obras escritas en español, sin importar la región en la que residan, descartando, por ahora, los extranjeros «por factores de distribución», al igual que tampoco lo harán en otros idiomas, «porque estamos arrancando y no damos más de si», admite.

un proyecto vital / Pese a ser consciente de que el pirateo (los libros electrónicos que se pasan de un lector a otro sin pagar derechos de autor) reduce el nivel de ventas, y de que en términos objetivos «no es el mejor momento para crear una nueva editora», está convencido de que para ellos sí lo es, «a nivel vital», asegurando que, a veces, «el entusiasmo es capaz de combatir otros elementos» y agrega: «Todos sabemos, por el contrario, que hay casos de escenarios propicios en los que un proyecto naufraga por falta de empuje interior. Así que, quién puede saber el resultado de estas ecuaciones», se pregunta al tiempo que recuerda que hay muchas editoriales pequeñas que están sobreviviendo.

En Extremadura tenemos los casos de La Luna Libros, en Mérida; Ediciones Liliputienses, capitaneada por el poeta José María Cumbreño y alma mater de los encuentros Centrifugados (suspendidos el pasado año por falta de apoyos económicos); Periférica, que ya tiene un importante recorrido nacional y es Premio Nacional a la Mejor Labor Editorial 2008; el Verano del cohete, en Badajoz, especializada en libros ilustrados; Cuatro hojas, en Cáceres, centrada en ofrecer lo mejor de una edición tradicional y lo mejor de una autoedición; Palabrero press, montada en Holanda pero con sello extremeño, ya que su fundadora es Verónica Tienza Sánchez, natural de Pueblonuevo del Guadiana, que se ha empeñado en la ingente tarea de reeditar clásicos y obras modernas, algunas en edición bilingüe, sin olvidar a la decana de todas, La Editora Regional de Extremadura, que como su nombre indica publica, fundamentalmente, a escritores extremeños.

Como primera tarea, Jorge Ávila y su equipo se están dando a conocer a los escritores, con iniciativas como la creación de un concurso de novela corta, también se anuncian en foros de escritores, a los que aconseja que lo mejor «es que vayan viendo nuestros libros, sus características físicas, contenidos, el apoyo que les damos y la promoción que haremos, porque hay mucha susceptibilidad alrededor de las editoriales incipientes o desconocidas, ya que muchas son de autoedición y coedición, cosa que en ninguna de sus variantes practicamos. Pero no basta con llegar y decir esto en un foro, hay que demostrarlo, así que en eso estamos» y para comprobarlo de primera mano, mañana, a las ocho, será la prueba de fuego con su presentación oficial en la librería la Puerta de Tannhäuser, en Plasencia.