La inmediata vuelta al trabajo del Real Madrid tras la goleada fue seguida por tan sólo 24 aficionados en las gradas de La Ciudad Real Madrid y por 70 representantes de los medios de comunicación. No hubo caras largas en Valdebebas. Tras 20 minutos de una reunión de terapia en los vestuarios con Juan Ramón López Caro dialogando con todos sus jugadores, saltaron a ejercitarse con total normalidad, como si nada hubiese ocurrido. En un intenso entrenamiento en el que incluso participaron algunos jugadores que estuvieron sobre el césped de La Romareda, como Pavón, Gravesen, Baptista, Cassano, Zidane y Ronaldo, la máxima exigencia y los sanos piques entre los madridistas caracterizaron la hora y diez minutos de trabajo. La amplia representación informativa no encontró tristeza en la plantilla madridista.