La ilusión es la palabra que emplea el brasileño Sandro Marques, exjugador Badajoz, para justificar el ser uno de los ´abuelos´ del fútbol español, al estar en activo con 38 años, los seis últimos en las filas de la AD Ceuta, equipo del Grupo IV de Segunda División B.

El brasileño, nacido en Porto Belho, llegó a España en 1997 para jugar en Segunda División en las filas del Lleida, del que pasó al Levante, luego al Badajoz y al Polideportivo Ejido, y desde el 4 de agosto de 2004 lo hace en el equipo ceutí.

"Mi única receta para seguir en activo es la ilusión porque me entreno al cien por cien para estar en las mejores condiciones cada domingo. En el fútbol no hace falta el DNI para jugar".

"Hay jugadores que llegan a los 20 años y están muertos pero yo tengo vitalidad y el espíritu aún joven, por lo que no tengo fecha para la retirada, lo cual haré cuando vea que me estoy arrastrando", dijo.

"Mi sueño es subir y jugar con el Ceuta en Segunda A y tengo la corazonada de que puede ser este año", destaca el brasileño, que para ello se encomienda a Dios, al que pide "salud" para él y su familia y "fuerzas para estar día a día trabajando, ayudar al equipo, intentar ascender y que proteja de las lesiones".

No obstante, recuerda sus comienzos difíciles en el fútbol porque no se formó en ningún equipo de su ciudad, ya que no tenía club de fútbol y, por ello "la gente decía que tenía que marchar al sur, a Río de Janeiro o a Sao Paulo para alcanzar el sueño".

Fue camarero

"Un día cogí mi mochila y después de tres días en autobús llegué a Río. Tenía 18 años pero no me dejaron ni tan siquiera entrenarme ya que necesitaba un representante, por lo que comencé a trabajar como camarero con la suerte de que un día, jugando en la playa, se me acercó un señor y me hizo una oferta para jugar al fútbol en Paraguay", explicó.

Cuando cuelgue las botas su deseo es seguir enganchado al fútbol. "Me gustaría quedarme en Ceuta y cuando me retire me encantaría trabajar con niños". "Aquí tienen que empezar a salir futbolistas ya que hay nivel para ello", resaltó Sandro, quien es "más feliz que ayer" por cumplir 38 años haciendo lo que le apasiona: jugar al fútbol. El exfutbolista del Badajoz está, sin duda, en su mejor momento.