La primera ventana de selecciones se tradujo en un duro varapalo para el Nissan Al-Qázeres Extremadura, al que le costó reconectar a sus jugadoras. En la segunda, pagada la novatada, no cree el técnico Ricardo Vasconcelos que vuelva a sucederles lo mismo. «Ahora será completamente distinto», aseguraba este jueves el portugués, «el estado físico y mental es diferente».

La segunda ventana no se ha parecido en casi nada a la primera. Si en noviembre fueron cuatro los integrantes de la plantilla que se fueron con sus selecciones (el técnico Vasconcelos y las jugadoras Paula Ginzo, Laura Ferreira y Bozica Mujovic), ahora solo ha sido una, la última en llegar, la sueca Josefin Vesterberg. También se han reducido los días de descanso de las jugadoras a tres, que se marcharon de vacaciones con una buena carga de trabajo previa. «Aumentamos el volumen y la intensidad», explicó el luso, «cuando no compites y vas a tener tres días de descanso interesa que las jugadoras vayan cargadas y su cuerpo se puede regenerar para empezar bien la semana, y así ha sido, hemos hecho unos entrenos muy buenos. Estamos contentos con el trabajo específico que hemos hecho estas dos semanas».

En la vuelta a la competición el preparador cree que también pagaron la juventud de la plantilla, el desconocimento de una liga tan competitiva como la española. «Muchas jugadoras no sabían qué era esta liga y por eso aquel parón le hizo tanto daño al equipo, fueron demasiados días desconectadas de la realidad».

Este sábado lo pondrá en práctica en La Fonteta ante el Valencia (20.30 horas), un test difícil, donde Vasconcelos pide a sus jugadoras que traten de superarse sabiendo de la dificultad del choque y de que lo realmente importante para las extremeñas será el siguiente sábado en el Serrano Macayo, cuando encare ante el Quesos el Pastor de Zamora una auténtica final por la permanencia.