Al-Qázeres61

cadí la seu74

3Marcador por cuartos: 23-25, 32-46 (descanso), 45-60 y 61-74 (final).

3Arbitros: García León, García Parejo y Esteve Malmerca. Sin eliminadas.

3Pabellón: Serrano Macayo.

3Espectadores: 1.100.

3Nissan Al-Qázeres: Gabi Ocete (12), Paola Ferrari (19), Paula Ginzo (6), Shacobia Barbee (18), Akela Maiza (4) -cinco inicial-, Carla Ramos (0), Elena Corrales (0), Silvia Romero (0), Miriam Forasté (2).

3Cadí La Seu: Ramona Hempe (15), Mehryn Donegan (8), Yurena Díaz (10), Andrea Vilaró (15), Georgina Bahi (9) -cinco inicial-, Zuzanna Ida (0), Ana María Palma (0), Irati Etxarri (7), Ariadna Pujol (2), Maria Aijanen (2), Shereesha Nathesha (6).

La desconexión del segundo cuarto costó cara. El Nissan Al-Qázeres no pudo con el músculo del Cadi La Seu, cayó derrotado con cierta claridad (61-74) y tendrá que apelar al aumento de las dosis de concentración para aspirar a jugar la Copa de la Reina.

El equipo ilerdense fraguó su éxito en un gran ejercicio desde los minutos 10 al 20, aunque la estadística demostró que también en la desigualdad en la producción de su banquillo. Las extremeñas aportaron dos puntos, una cifra ridícula; las catalanas 17, números que, sin ser un exceso, sí bastaron. Ahí estuvo la otra parte de la diferencia.

Liderado por la exjugadora local Andrea Vilaró, el Cadí arruinó un muy buen inicio del grupo de Jesús Sánchez. Hasta que ello ocurrió, se vio un apasionante encuentro, un intercambio de golpes que pareció no tener fin, con dos escuadras enchufadas y dando un nivel de zona alta de la tabla. En el Al-Qázeres la mejor fue, del inicio hasta el final, la estadounidense Shacobia Barbee, también en actitud. Dos triples de Pao Ferrari pusieron la ventaja en el minuto 6 (15-13).

Cada vez que había un amago de supremacía local, surgía por allí la excelsa Vilaró en cualquiera de sus facetas: o pasando o anotando. Con ella, Ramona Hempe o Yurina Díaz, que ponían los puntos necesarios para empezar a marcar diferencias.

Gabi Ocete, que fue de menos a más, lideraba a las locales hasta que se saltaron los plomos, para no volver en realidad jamás en una noche de fiesta canterana con los equipos del ADC pendientes del espectáculo y unas ganas de ver baloncesto globales.

El encuentro fue entonces un monólogo visitante debido a que el Al-Qázeres no puso la dureza necesaria para dar respuesta al acierto y la determinación del bloque de Bernat Canut.

Jesús Sánchez tuvo que pedir un par de tiempos muertos para que aquello no se fuera definitivamente de las manos. El primero fue en el minuto 14, con el 28-33 en el marcador. El segundo, tres minutos después con 32-39. El Al-Qázeres había dejado de anotar desde que se iniciaron las rotaciones, pero es que cuando volvieron las titulares en sus más diferentes fórmulas tampoco ya funcionó nada.

Las diferencias fueron in crescendo hasta bordear el escándalo, con un 32-47 al descanso que nadie hubiera previsto en el primero de los cuartos.

Con una sola pívot, Sánchez intentó cambiar la dinámica a partir del tercer cuarto. Hubo un amago de ello, bordeándose en varias ocasiones los 10 puntos a favor del Cadí, pero nada más lejos de la realidad. Se puso seria Vilaró, los árbitros tomaron un par de decisiones discutibles y aquello volvió a su estado de cosas en apenas cuatro ataques.

Sin fuerzas en las locales, Barbee seguía siendo la única en ser productiva en las dos zonas, con una Ferrari intermitente y una debilidad en el rebote clarísima por parte de las extremeñas. Administraron las ventajas las ilerdenses para descartar cualquier atisbo de sorpresa y poner tierra de por medio con tres triunfos sobre el Al-Qázeres, que tendrán que apurar todo por la Copa.