Los siete primeros están separados por 20 puntos, menos de una victoria (25). Y pertenecen a cinco escuderías distintas: McLaren, Mercedes, Ferrari, Red Bull y Renault. Es evidente que el Mundial-2010, que lidera el campeón Jenson Button, va a ser el más espectacular de todos. Y en él se encuentra inmerso Fernando Alonso que, llegado el GP de Barcelona (9 de mayo), quería ser líder del Mundial y no lo es. Y no es feliz ni por asomo. "Llevamos tres carreras sin subirnos al podio, mal asunto".

De los cuatro campeones del mundo en pista, quizá Button contaba menos en las apuestas. De los dos pilotos de Mercedes, Nico Rosberg arrancó el campeonato a la sombra de Michael Schumacher. Pero ahí están los dos, en lo alto de un Mundial que se gana en cada GP todas las expectativas de igualdad y diversión que se pronosticaron.

BUTTON Y HAMILTON La abrumadora superioridad del Brawn había dejado, el pasado año, algunas dudas sobre la valía del título de Button en el 2009, pero el inglés no ha tardado mucho en revalorizarlo. En el cuerpo a cuerpo con Lewis Hamilton, le ha superado en los tres últimos grandes premios. Y suma dos victorias (Australia y China), por ninguna de su compañero. Arrancó con dudas en Bahréin (octavo en la crono, séptimo en la carrera), pero en Australia sacó provecho del acierto en la estrategia, de los problemas de Hamilton en la crono, del tomate de Alonso en la primera curva y de la avería de Sebastian Vettel: total, primera victoria.

En Malasia se pasó al lado de los que se equivocaron, como los Ferrari, al salir tarde en la calificación cuando la lluvia se hizo más intensa. Pero ayer acertó de nuevo junto a sus ingenieros para mantenerse en pista con los neumáticos lisos cuando sus rivales se precipitaron y cambiaron a agua. "Para ganar un GP así es fundamental hacerlo todo bien, acertar en la estrategia y en las paradas en boxes", resumió el líder del Mundial.

En las cuentas de Alonso figuraba ser líder por estas fechas, lograr una ventaja antes de la carrera armamentística de las evoluciones que dará más alas a Vettel, que permitirá a Hamilton gozar de un coche aún más rápido. "Cuarto en Australia, abandono en Malasia y cuarto aquí no es una media aceptable para ganar el campeonato. Llevamos tres carreras sin estar en el podio, mal asunto". Le queda el consuelo, eso sí, de que el sol de Europa restablezca el orden que inició en Bahréin. "Tenemos que mejorar y tener carreras más normales; solo ha habido una y yo quedé primero y Felipe, segundo".