El bicampeón del mundo de Fórmula 1, Fernando Alonso, afirmó ayer sentirse un "privilegiado" al contar con "la mejor afición del mundo" que le permitió "no sentirse solo" en los momentos difíciles de la última temporada "en los que algunos perdieron la fe".

Alonso hizo estas afirmaciones desde el balcón del Ayuntamiento de Oviedo ante unas 5.000 personas, según fuentes municipales, que abarrotaban la Plaza de la Constitución para festejar con él la consecución de su segundo título mundial.

"Oviedo, Asturias y España, todos somos dos veces campeones del mundo", proclamó el todavía piloto de Renault ante sus seguidores, la "marea azul" que, subrayó, le acompaña "en cada carrera" y que aporta su colorido y sus cánticos en los circuitos, "algo habitual en otros deportes, pero raro en el mundo del motor".

Alonso, recibido a los acordes de "We are the champions" y con el lanzamientos de miles de papeles de color azul y blanco, destacó el "honor" que supone para él ver su ciudad natal engalanada como ayer cuando una enorme lona cubría la fachada del Ayuntamiento con la leyenda "Enhorabuena campeón" junto a una imagen del piloto asturiano.

El bicampeón mundial bromeó incluso con sus seguidores a los que frenó cuando pedían al heptacampeón Michael Schumacher que saludase a su sucesor al frente de la Fórmula 1. "Eso no se dice", apuntó el piloto ovetense antes de contestar a un nuevo cántico de sus aficionados: "Yo seré cojonudo, pero vosotros también lo sois".

Alonso hizo un resumen de un año que demostró, dijo, que no había sido ningún error anunciar su fichaje por McLaren al comienzo de la temporada, lo que le permitió "concentrarse" en la competición de la que tuvo un recuerdo especial para su primera victoria en el Gran Premio de España logrado en el circuito barcelonés de Montmeló.

"Me sentí invencible por el apoyo que recibí desde las gradas", apuntó antes de advertir que las presuntas desavenencias con su equipo sólo tenían como objetivo "motivarlos".