"No soy antisemita ni racista". Así de contundente se ha mostrado Nicolas Anelka en su cuenta oficial de Twitter tras la polvareda levantada por el polémico gesto que realizó este sábado para festejar un gol ante el West Ham en la Premier League inglesa. El jugador francés del West Bromwich hizo lo que se conoce como una 'quenelle': extendió un brazo hacia el suelo y cruzó la mano contraria sobre el hombro, un gesto popularizado por el humorista Dieudonné en Francia y que algunas asociaciones consideran una alusión al saludo nazi, por lo que el Gobierno de su país estudia prohibirlo.

"No sabía que la palabra 'religión' tuviera algo que ver con esta historia. Asumo totalmente mi gesto", añade el polémico exdelantero del Madrid. Anelka también explica que su 'quenelle' fue un homenaje a Dieudonné, uno de sus grandes amigos, y acusa a los ministros franceses de no saber "qué significa verdaderamente". Según él, se trata simplemente de un símbolo antisistema.

El jugador, de 34 años, arrastra un historial de polémicas en su país. La penúltima, cuando en el Mundial de Sudáfrica lideró un motín de los jugadores contra el seleccionador francés que le costó 18 partidos de sanción como internacional y supuso su retirada del combinado nacional.