Seguro que Gonzalo Llerena no guarda un buen recuerdo de esta temporada. Las lesiones parecen perseguirle y han frustrado su fichaje por un filial de Primera, el Betis. La rodilla derecha le ha mantenido en el dique seco durante la mayor parte de la campaña. Tanto, que solo ha disputado ocho partidos de liga. Si primero fue un edema óseo que le tuvo tres meses sin jugar, ahora es una fractura de la rótula la que le mantiene fuera desde principios de marzo. El lunes volvió a someterse a unas pruebas en Badajoz y, aunque evoluciona bien, seguirá con la rehabilitación. El hueso no ha soldado del todo y tiene que estar, al menos, otras tres semanas de baja. Podría reaparecer ante el Sevilla Atlético o en la última jornada ante el Cartagena. Aunque el jugador y el técnico deberán valorar si arriesgan o esperan ya a la próxima campaña. "Seguro que todo esto me sirve para aprender", dice el jugador sin perder el buen ánimo.