La oferta del Manchester City al Barça por el fichaje de Samuel Eto´o es monstruosa. De cine. "Estratosférica", según el calificativo de Joan Laporta, el presidente azulgrana. Un negocio redondo. Para todos. Primero para el club, que recibiría 30 millones de euros por un jugador que costó 24 hace cinco años. Y, luego, para Eto´o, a quien el dinero árabe le convertiría en el futbolista mejor pagado del mundo, por encima incluso del nuevo icono madridista Cristiano Ronaldo. Y sería también redondo para Txiki Begiristain, el secretario técnico, y para Pep Guardiola, el entrenador, porque tendrían más recursos económicos para retocar la plantilla.

No solo la llegada de David Villa, el goleador elegido para suplir a Eto´o por el que invertiría 40 millones, sino para que caigan las otras piezas pedidas por Guardiola: un lateral zurdo suplente, el brasileño Filipe Luis; un central, Henrique, otro brasileño; y Mascherano, el pivote defensivo argentino del Liverpool.

Todo está supeditado a Eto´o. Si la operación se analiza desde el punto de vista económico, no hay dudas. Ni para el Barça, que aguarda ansioso a que el camerunés acepte esta semana la propuesta del City para concretar sus fichajes y evitar que los ingleses se echen atrás de tanto esperar. Ni para Eto´o, quien a sus 28 años tiene una oferta casi irrechazable aunque modifique su escala de valores deportivos. La prensa inglesa especulaba con que la oferta se acerca a los 17 millones anuales.

El aún jugador azulgrana (tiene contrato hasta el 2010) pasaría de ser el delantero centro del campeón de Europa, de la Liga y de la Copa, a ser el goleador de un equipo mucho más modesto.