No sólo el fútbol profesional está a la baja en Cáceres. A la escasa identificación entre el Cacereño y la ciudad --la entrada de 500 espectadores frente al Amanecer el domingo fue de las mejores en los dos últimos años-- se une la crisis que asola a los clubs teóricamente pequeños de la capital. Todos tienen enormes problemas --económicos y de otra índole-- para sobrevivir, lo que les ha llevado a reducir equipos para la nueva temporada.

El propio Cacereño ya inauguró esta drástica solución este verano, cuando suprimió el filial de Regional Preferente y los segundos equipos en juveniles, cadetes e infantiles. Cambiar la cantidad por la calidad fue la excusa oficial entonces, pero muchos padres y aficionados no entendieron la medida.

En todos los demás los lamentos son idénticos: con lo que aportan las distintas administraciones no es posible pagar entrenadores, viajes, mutualidad, equipaciones y todos los gastos de los equipos.

Caso a caso

El histórico Veracruz también encara la campaña con dudas. Su responsable deportivo, Miguel Almirante, se queja de las dificultades para financiar una estructura que la temporada pasada acogió a 150 niños y jóvenes. Aún así, mantendrá a su equipo de juveniles en la Liga Nacional, máximo representante de la ciudad en la categoría tras el descenso del Cacereño. Es dudoso que se continúe trabajando con los benjamines, muy costoso al estar fuera de los Judex, y también se está en conflicto con el ayuntamiento por el mantenimiento del estadio municipal de Las 300, en el que desarrolla su actividad. Tampoco el entendimiento es bueno respecto a las escuelas deportivas.

También hay quejas respecto al estado de los campos en el San Francisco. Alejandro Martínez, su presidente, confirmó a este diario que su club no puede permitirse la continuidad del equipo de Primera Regional y el femenino de base.

Otros han tenido que buscar soluciones ingeniosas para la supervivencia, como la fusión acordada entre el Santa Bárbara y la Asociación de Deportistas contra la Droga: unión ante una crisis muy dolorosa.