El Bayern de Pep Guardiola logró ayer una apretada victoria a domicilio ante el Eintracht Francfort (0-1) en un partido en el que, después de tener un claro control en la primera parte, tuvo algunas dificultades ante la agresividad del contrario. El Wolfsburgo, por su parte, goleó por 4-0 al Schalke con lo que el equipo de Gelsenkirchen se convierte en el primero de los candidatos a pelear por la Liga de Campeones que pierde contacto con el grupo de punta. Tras la goleada de ayer, y el empate en la primera jornada ante el Hamburgo, la distancia que separa al Schalke del Bayern y los otros líderes es ya de cinco puntos.

El Bayern tuvo un partido de trayectoria irregular, con momentos en que mostró destellos de calidad pero otros en los que se dejó impresionar por la agresividad del rival e incluso hubiese podido encajar el empate en la parte final del partido.

Guardiola dejó en el banquillo a Arjen Robben, para darle paso al equipo titular al suizo Xherdan Shaqiri. Thiago Alcántara, tras ser baja en la jornada pasada, volvió a la convocatoria y empezó el partido en el banquillo, para entrar luego en el minuto 66 por Shaqiri.

Bastian Schweinsteiger apareció como único volante de contención, jugando en una posición bastante retrasada y en momentos casi como un tercer central entre el brasileño Boafim Dante y Jerome Boateng.

El Bayern abrió el marcador en el minuto 13, con un remate de volea dentro del área de Mario Mandzukic que aprovechó un centro desde la derecha de Thomas Müller.

La segunda parte fue distinta. El Eintracht logró tomar bajó control a Franck Ribery, que había sido una pesadilla en la primera, y tuvo varias acciones ofensivas que hubieran podido traer el empate.

La fase final, ante todo, fue de ida y vuelta, con ocasiones claras para los dos equipos. Así, por ejemplo, en el 88 Bastian Schweinsteiger estuvo a punto de marcar el segundo del Bayern, con un disparo a quemarropa. Casi a vuelta de correo, el Eintracht estuvo cerca del empate en un contragolpe.