Quizá no tuvo el glamour que rodea la entrega del Fifa World Player, ni la lluvia de flashes que acompaña a la Bota de Oro de la revista France Football. No estaba Ronaldinho, ni Eto´o, ni Zidane, ni Nedved, ni Ronaldo... Hoy no será portada de los rotativos deportivos de media Europa, ni los telediarios nacionales le dedicarán ni un solo segundo, pero la Federación Extremeña de Fútbol brindó por el balompié, pero el de carne y hueso , el de la tierra. El que se ve en los terrenos de Tercera, de Regional Preferente, en los campos de cualquier pequeña localidad donde niños y niñas sueñan con convertirse algún día en una estrella "de esas que salen en la tele".

Presidentes, directivos, entrenadores y, cómo no, árbitros que cada domingo pelean por reivindicar el fútbol de los nuestros frente al todopoderoso Pay Per View recibieron esa palmada en la espalda necesaria para seguir en esta, cada día más difícil, cruzada. Juan Espino Navia, presidente de la federación regional, se rodeó para ello de numerosas autoridades políticas y deportivas, y especialmente contó con el aliento del propio presidente de la federación nacional, Angel María Villar. Sus palabras de apoyo parecían dar más credibilidad si cabe a ese discurso sobre la importancia del modesto fútbol de bastidores.

De todos modos, en el ambiente rondaba una ilusión general: la de recuperar pronto el protagonismo perdido por los equipos punteros de la región. Con las temporadas en Primera y Segunda División ya prácticamente en el olvido, se premió por ejemplo el ascenso del Mérida de Tercera a Segunda B.

La Casa de la Cultura de Sierra de Fuentes ofrecía un ambiente extraordinario, con tantos premiados que los aficionados tuvieron que pelear por encontrar un hueco. Algunos valientes desafiaron al frío y siguieron los discursos y recogida de premios en los exteriores del edificio, donde se había instalado una pantalla gigante.

Botas de oro

Entre los nombres propios que fueron galardonados tuvieron mención más destacada Sergio Benito Hurtado, del Mérida, José Cristian Moreno, de la Escuela de Fútbol Morala, Juan Diego González, del Santa Amalia, y María Victoria Gómez, de Las Mercedes. Los premios a Manuel Lobato, a Teodosio Moralo, a Fidel Fernández y a la familia de Anacleto Martín también tuvieron aplausos muy cálidos.