El Cacereño quiere dotarse de una estructura fuerte y para ello se están dando los pasos necesarios estos días en varios frentes: el deportivo (desde ayer se negocian las renovaciones) y el económico-organizativo.

El máximo accionista, Antonio Martínez Doblas, no quiere que la Segunda División B sea deficitaria. Ya tiene la experiencia del primer año de su proyecto, que le ha costado alrededor de 180.000 euros (30 millones de pesetas). "Estamos ahora en contacto con las instituciones y empresas a ver cómo lo podemos hacer y con qué contamos", dijo ayer a este diario.

Doblas espera ampliar el número de directivos y profesionales que se dediquen al club. Los últimos movimientos de la temporada, con la incorporación de gente como José María Asenjo, los hermanos Holgado o Miguel Castro, pretenden darle el "toque cacereño" que involucre a la ciudad en el proyecto.

Además, se seguirá contando con Antonio del Cerro, hombre muy importante en varias facetas, tanto en lo económico (el bingo, con cuya crisis actual intenta terminar) como en lo deportivo. Sus contactos con clubs de primera línea permitirán cesiones y fichajes de futbolistas, como el pasado año ocurrió con Valtierra o Chumi.

"Sabía que el primer año el club costaría dinero porque entrar así es hacerlo un poco a ciegas", afirma el empresario segedano, quien también pide la implicación de los socios, entre otras cosas por las facilidades que se están dando con la campaña de abonados. "En Preferencia son los mismos precios que el pasado año, y en Tribuna idénticos a los de hace 12 años", proclama para animar, sin tener que recurrir a dar una cifra, sino un deseo: "esperemos una gran respuesta; ésta es nuestra verdadera prioridad". De momento, está satisfecho: "tenemos una gran demanda".