Al final volvió a ganar el fútbol sala y la solidaridad. Fue una victoria de los valores que deben predominar en el deporte y en la integración social de un colectivo, el de los discapacitados psíquicos, que se volcó en todo momento con la causa, que era la suya.

El equipo de EL PERIODICO EXTREMADURA se impuso en la final del Torneo Medios de Comunicación y Solidaridad organizado por Iberdrola, pero eso es lo de menos. Porque lo importante en la jornada de ayer en el pabellón municipal Serrano Macayo de Cáceres era que periodistas y colectivos de discapacitados pasaran una agradable tarde entorno a una afición común y de mucha actualidad en estas fechas, el balón de fútbol.

Además, sirvió para contribuir a una buena causa, porque los premios en metálico fueron donados a las distintas asociaciones de discapacitados llegadas desde Mérida, Badajoz y la propia ciudad de Cáceres. El equipo de EL PERIODICO apadrinó a la Asociación Síndrome de Down de Cáceres, mientras que el otro combinado de periodistas de la capital cacereña destinó su premio a Apafenes (Asociación de Familiares y Enfermos Mentales de Cáceres). El conjunto de Badajoz colaboró con Aexpainba (la Asociación Extremeña de Padres de la Integración existente en la ciudad pacenese) y los profesionales de los medios de comunicación de Mérida hicieron lo propio con la Asociación de Familiares de Enfermos Mentales de la capital autonómica extremeña.

Emoción y entrega

Sobre la pista se vio de todo, pero siempre con deportividad por delante. La entrega de unos y otros contendientes dio lugar a regates, combinaciones, goles y paradas de gran calidad. Tampoco faltó la emoción en un total de cuatro encuentros en los que todos los participantes se entregaron al máximo. Buena muestra de ello, la final: intensidad, alternativas en el marcador, jugadas para la moviola y goles sobre la bocina. Ganó EL PERIODICO 4-2 a Badajoz, mientras que Mérida fue tercero y Cáceres, cuarto.

Pero el verdadero espectáculo estuvo en la grada, donde casi 300 personas no dejaron de animar insistentemente en una jornada en la que sólo importaba disfrutar.