CACERES CREATIVA - 77: David Mediano (10 puntos, 5 rebotes), Francis Sánchez (23 puntos, 8/16 en tiros de dos), Jeff Xavier (0), José Angel Antelo (9 puntos, 12 rebotes), Jelani McCoy (10 puntos, 6 rebotes, 2 tapones) --cinco inicial-- Ryan Humphrey (14 puntos, 18 minutos), Juan Sanguino (0), Lucio Angulo (4), Arturas Valeikas (0), Carlos Cherry (7).

OBRADOIRO - 72: Andrés Rodríguez (1), Javier Bulfoni (16 puntos, 4/5 en triples), Deron Washington (11), Levon Kendall (8), Oriol Junyent (13 puntos, 5 rebotes) --cinco inicial-- Erica Sánchez (2), Alberto Corbacho (7, 0/4 en triples), Michael Ruffin (4), Richard Ngema (0).

MARCADOR POR CUARTOS: 21-18, 36-32, 58-50 y 77-72 (final).

ARBITROS: Pagan Baro y Pinela García. Eliminado: Antelo (min. 36).

INCIDENCIAS: Play off ascenso a la ACB.

Como poseído, el Cáceres Creativa se reinventó ayer y alargó el proyecto 2010-2011. El triunfo ante el Obradoiro (77-72) reivindicó a un grupo corajudo y orgulloso y recordó lo que ya fue en la primera vuelta de la Liga regular: un equipo sólido y fornido en casa, capaz de hacer daño a cualquiera, incluso al gran favorito para el ascenso, quien ya está avisado para el cuarto partido de la serie, mañana en el Multiusos (21.00 horas).

Fue un triunfo descomunal. Ni siquiera la baja respuesta del aficionado achantó a un Cáceres profesionalmente soberbio. Tiró de casta el grupo de Gustavo Aranzana para dar un puñetazo en la cancha y decir que esto aún no ha terminado, que también destila talento y que, incluso, se puede soñar. Al mismo tiempo, el escaso público asistente disfrutó hasta el límite y formó parte del sobresaliente espectáculo baloncestístico hasta ser un aliado clave. La conexión equipo-grada fue total, determinante, mortal de necesidad.

El Cáceres apretó los dientes desde el inicio, como avisando al ´Obra´ que la faena de aliño que le correspondía realizar no iba a ser fácil. Qué va. Enfrente estaba un equipo que, aunque dolido doblemente --por el 2-0 en contra y muchos de sus jugadores tocados-- aún tenía discurso. Y recursos. Y bemoles.

Con Cherry y Humphrey, los más tocados, en el banquillo, el Cáceres se encomendó a su espíritu solidario comandado por un espléndido David Mediano y el poderío interior de la dupla McCoy-Antelo. De fuera, el de siempre, Francis Sánchez, de nuevo el hombre clave, y un apagado en ataque Jeff Xavier.

Un 7-12 en contra a los 6 minutos fue el preludio a un festival Francis-Mediano, que pusieron un 19-12 sorprendente, aunque la clase gallega volvió a dejar el equilibrio en el inicio del segundo cuarto. Con Angulo, Cherry y un buen Humphrey, el partido derivó en una lógica igualdad con una preciosa pugna en la zona, con Junyent y Kendall frenados. La salida posterior de Corbacho, su hombre revulsivo, tampoco resultó para un ´Obra´ basado en el lanzamiento exterior de Bulfoni y en la capacidad atlética de Washington.

Una serie de acciones marcaron el desarrollo --y puede que el desenlace-- del encuentro. Dos técnicas seguidas, una a McCoy --tercera falta-- y otra provocada por Aranzana cambiaron el arbitraje, castigador de los locales. El Cáceres invirtió un 25-32 en un proverbial 36-32 en medio de un festival Humphrey-Francis.

SEGUNDA MITAD Se anunciaba batalla para la continuación en medio de un ambiente cada vez más caliente, arengado insospechadamente por un speaker de nuevo cuño en el Multiusos.

Francis seguía teniendo la muñeca caliente y Moncho Fernández tuvo que pedir tiempo cuando el partido contabilizó un 56-46 increíble (min. 28). El Cáceres conservó su renta pese a una nueva técnica a Lucio Angulo antes del comienzo del cuarto decisivo, que auguraba nuevas y máximas emociones.

Bulfoni igualó el marcador, pero Francis, un poseso, golpeó el aro rival (66-57, min. 24). Aquello pitaba bien. Después una jugada con confusión en la mesa evidenció el ´fair play´ del técnico visitante, arreglando un marcador que le otorgaba dos puntos más de los anotados. Un gesto deportivamente ensalzable en los tiempos que corren.

El equilibrio azuzó unos últimos minutos de pasión en el encendido Multiusos, pese a que parecía que el tirón de 71-62 a falta de 1:44 auguraba victoria local diáfana. El Obradoiro, insistente, volvió a la carga y se puso cerca (72-70). Sin embargo, un tapón estratosférico de un McCoy irreconocible y los tiros libres de Cherry y Angulo redondearon una gran noche.