Calma aparente en el Cáceres Patrimonio. Calma tras la tempestad. Calma tras el desastre ante el colista. Pero solo --y hay que remarcarlo-- aparente. La derrota ante el Clínicas Rincón (74-81) ha disparado las alarmas ante la inconsistencia del equipo y sacado a relucir viejos fantasmas. ¿Qué está ocurriendo realmente para que este grupo dé la de cal y la de arena con tanta facilidad?

De momento, en el club van a dejar pasar las fiestas a ver si escampa y se consigue una dinámica de resultados acorde con lo que se espera. Pero hay detalles que no pasan inadvertidos. El primero, el del propio técnico, Gustavo Aranzana, abatido tras el duelo, casi noqueado, y diciendo en rueda de prensa que había sido la derrota más "dura" de los últimos dos años. Un problema de actitud y de confianza en unos jugadores que, se piensa, pueden dar más.

De similar manera pareció pensar el presidente de honor del club y hombre más vehemente de la directiva, Pedro Núñez, el propio martes por la noche. Tanto que fue él mismo quien bajó a la zona de vestuarios y no se cortó a la hora de expresar lo que pensaba: el empresario cacereño echó su particular bronca a plantilla y técnicos.

Fue un incidente con luz y taquígrafos porque en los exteriores se escuchó a Núñez expresándose con dureza y crudeza. Pero, lejos de lo que pudiera parecer, la cuestión fue puntual, ya que en realidad en el club se piensa que la temporada no está siendo mala. E incluso desde dentro se recuerda que, de ganarse los dos próximos partidos (Mallorca fuera y Rioja en casa) el equipo igualará su mejor primera vuelta en la LEB Oro. Y, además, se insiste y recuerda que ya ha sido un logro monumental continuar formando parte de la competición después de los enormes esfuerzos que se realizaron en verano.

Más dudas

El quid de la cuestión puede ser otro. El mayor problema siguen siendo las dudas sobre la viabilidad del proyecto que se ciernen para esta temporada y, por ende, también a medio plazo. Los empresarios Pedro Núñez, Eduardo Chacón, José Antonio Fernández Alvarado y Abelardo Martín, al igual que el presidente, José Manuel Sánchez, siguen creyendo que ese esfuerzo no se ve recompensado.

La variación en las previsiones económicas, obligada por compromisos no cumplidos por parte de alguien "que nos falló", aseguran desde dentro, ha hecho que los directivos estén, más que nunca, preocupados por el devenir.

Y, además, los directivos creen que será complicado seguir siendo consistentes y que el dinero no sea un factor de debate en el caso de que el proyecto deportivo siembre dudas, como ocurre con desastres deportivos como el del martes. Por eso era tan importante dar buena imagen ahora.