Quién se lo iba a decir al Extremadura que, después de cuatro años consecutivos viviendo en una ruleta rusa de finales felices, en su temporada con más visos de poder haber consolidado un proyecto, está más cerca que nunca del abismo. O dicho de otro modo, de un traumático descenso de categoría. Esa palabra de abismo es la que ha evitado pronunciar su entrenador, Manuel Mosquera, durante meses. Pero este martes, antes del partido del miércoles ante el Racing de Santander (21.45 horas), no había más remedio que mirar de frente a la realidad: «Está claro que llevamos toda la temporada diciendo que no hay finales, pero evidentemente, el de este miércoles, ya sí se aproxima a una final porque detrás sí puede haber un abismo o nada de tiempo para reaccionar. Es una final y un partido fundamental por varias razones. Una estadística, ya que no ganarlo significaría tener que ganarlo todo ya. Y otra mental, ya que si ganamos, creemos que lo podemos lograr», apuntaba el técnico gallego.

Porque si hay alguien que no se rinde de verdad, ese es Manuel Mosquera. Todavía está tratando de sacar ese jugo de confianza y positivismo de una plantilla que no sabe lo que es ganar durante la etapa post-covid-19. Tampoco lo sabe el Racing de Santander, que anda ligeramente peor que los azulgranas y que está cuatro puntos por debajo. Un drama.

Deportivamente hablando, está claro que es la última oportunidad para el Extremadura de mantener un pequeño hilo de esperanza. Ganar al Racing le acercaría a los rivales y tendría un partido clave el sábado en Soria ante el Numancia.

Las buenas vibraciones que dejó el partido ante el Fuenlabrada hacen presagiar que el Extremadura tocará lo mínimo posible el equipo. Eso sí, Roberto Olabe está descartado, mientras que Nono y Pastrana son serias dudas.

Manuel podría barajar darle la titularidad a Kike Carrasco en banda después de los buenos minutos del canterano almendralejense en Fuenlabrada. También se espera que Pardo no siga en el medio, donde tienen opciones Cristian o Sergio Gil.

Manuel no se fía para nada del Racing. «Es un equipo histórico, con un escudo histórico y van a venir aquí a ganar. No será fácil», avisa, conociendo perfectamente el carácter competitivo de los equipos de Oltra.

La calculadora del Extremadura sólo tiene dos botones: el ‘+’ y el ‘3’. Si no es capaz de pulsarlos hoy a la vez, podrá apagarla para siempre esta temporada porque ya no hay margen de error. El abismo amenaza esta noche al Extremadura, que apela al honor y al orgullo para seguir vivo, al menos, una semana más.

Así llega el rival

Ni ganando los seis partidos que le queda podría el Racing de Santander lograr la permanencia ya en Segunda División. Así de cruda es la realidad para un equipo que solo aspira a sumar 48 puntos cuando la salvación se está cifrando entre los 49 y 50 puntos. Es decir, que el Racing está virtualmente descendido, salvo cataclismo, que no es de esperar.

Como al Extremadura, a los cántabros no les ha sentado nada bien el confinamiento, pues junto a los azulgranas son los únicos dos equipos que no han ganado partidos en estos cinco encuentros. «Algo mal debemos estar haciendo cuando nos hemos puesto por delante en seis de mis diez partidos y no los hemos acabado ganando», decía este martes José Luis Oltra, un técnico que está viviendo un auténtico calvario en Santander.

De hecho, Oltra no se mordió la lengua al admitir en la previa del partido que «los milagros se producen, pero la verdad es que ya está muy complicado. Los números cifran la permanencia en 50 puntos y nosotros tenemos 49», confesó.

Eso sí, que nadie se espere un Racing entregando la cuchara porque los equipos de Oltra, si algo tienen, es que son competitivos en cualquier circunstancia: «tenemos que competir por la pureza de la clasificación, por nosotros mismos, por nuestro futuro, por nuestro prestigio y por nuestra profesionalidad».

Para postre al despropósito cántabro, esta semana se ha lesionado en la mano su portero titular, Luca Zidane, hijo del técnico del Real Madrid y uno de los mejores del Racing esta temporada. Además, la pasada semana, se lesionó su mejor jugador de campo, Enzo Lombardo, que también será baja. Y es que cuando pones un circo y te va mal, ya saben lo que acaba ocurriendo...