Ocurrió el 9 de junio del lejano año 1974. Ganó España a Argentina por 109-89 en un encuentro, cuenta la crónica de Andrés Sierra en este diario, espectacular. El escenario, el Municipal de Cáceres, ahora pabellón Serrano Macayo. Es el único precedente de un partido de la selección española de baloncesto en Extremadura. Han tenido que pasar más de 34 años para que, esta noche en Badajoz y el domingo en Cáceres, se vuelva a vivir algo similar, salvando las distancias.

"Sí, me acuerdo que hice un buen partido", cuenta Manolo Flores, al que hay que recordarle que fue él el máximo anotador de aquel encuentro para la antología del deporte extremeño: 19 puntos en un combinado de jugadores que forman parte ya de la mitología del deporte español. Ahí estaban Wayne Branbender, Santillana, Cristóbal Rodríguez, Juan Antonio Corbalán... y el entonces alero barcelonista Flores "con 23 años", rememora él mismo.

Recuerdos...

Flores, que sigue desempeñando una labor clave en la gerencia de la sección de baloncesto del Barcelona y en la captación de nuevos talentos para su cantera, se acuerda de todos menos del apellido de Vicente (jugador distinto al no menos legendario Vicente Ramos) cuando se le muestra la foto que ilustra este reportaje, en la que se puede ver entre los protagonistas a los fallecidos Antonio Díaz Miguel, José Luis Sagi-Vela y Enrique Margall.

"Aquello fue una buena experiencia. Recuerdo que entonces nadie sabía que yo era extremeño, pero a todos les decía: soy de aquí, soy de Mérida", cuenta, siempre con cariño, el exentrenador del Cáceres.

Flores estaba en forma entonces, "pero llegamos al Mundial de Puerto Rico y un jugador filipino me hizo la cama en el primer partido y no volví a jugar", se lamenta.

"Es una lástima; tengo dos viajes ineludibles y no podré estar ahí este fin de semana", asumía ayer el protagonista de aquella bonita historia. 34 años después, Flores no disimula su emoción cuando retrocede en el tiempo. "El pabellón estaba lleno y firmamos muchos autógrafos", se congratula el extremeño. El romanticismo también tiene cabida hoy con la histórica visita de la selección. Entonces era Flores; ahora, Calderón, pero Extremadura ha sido y es protagonista del combinado nacional.