EXTREMADURA PLASENCIA: Geofrei Silvestre (9), Pablo Almazán (2), Marko Sekulic (6), Añaterve Cruz (4) y Jonathan Barceló (19) --cinco inicial-- Sergio Soria (0), Javier Cardito (3), Martín Calvo (0), Miguel Angel Conejero (11) y Lorenzo Díaz (9).

HUELVA LA LUZ: Rubén Martínez (38), Rafa Rufián (2), Iván Matemalas (9), Cris Bart Williams (0) y Shalawn Miller (7) --cinco inicial-- Francisco Javier Flores (2), David Quero (4), Antonio Gómez (0) y Emilio Morilla (9).

ARBITROS: Miguel López y Jorge González. Eliminados: Willians (min.38) y Conejero (min.39) por doble antideportiva.

Cuando ustedes estén leyendo esta crónica, la plantilla del Plasencia Extremadura ya habrá terminado el entrenamiento que a las ocho de la mañana ha programado Rafa Gomariz como castigo a la actitud mostrada anoche por parte de alguno de sus pupilos. El entrenador pudo decirlo más alto, pero nunca más claro: "No voy a soportar la actitud lamentable e indignante de algunos señores que se están equivocando. Este no es el camino y conmigo el que no se deja la vida lo lleva claro. Si hay que cortar a alguno, se le cortará. No voy a aguantar la falta de respeto por esta camiseta, por este club y por un público que paga por vernos trabajar. He jugado con los que se lo merecen, con los comprometidos. Si a partir de ahora tengo que jugar con juniors lo haré, alguno hoy la ha palmado conmigo".

Y es que anoche Gomariz comenzó con un quinteto que en primer cuarto fue capaz de dejar que Rubén Martínez hiciera 17 puntos y donde defender fue una utopía que llevó a acabar este periodo nueve abajo (18-27). Sin Zalvide, que sigue lesionado, Sergio Soria tuvo de nuevo una oportunidad y por enésima vez la desaprovechó dejando la nave a la deriva.

Javier Cardito, que jugó 21 minutos, demostró que con interés y compromiso se aporta más. La desventaja llegó hasta los catorce con un triple, como no, de Rubén Martínez (18-34).

Gomariz no aguantó más y dio paso a los "comprometidos", hizo excepción con Barceló, que una vez más tiró con rabia y galones. Un parcial de 7-0 minó las diferencias, pero no fue suficiente y al descanso el resultado fue 29-39. Con un 0-8 comenzó la segunda mitad y otro triple del omnipresente Rubén Martínez cerró el cuarto colocando hasta entonces la mayor renta onubense (38-55).

REACCION ESTERIL El partido pareció perdido a falta de ocho minutos, porque los veintiún puntos de diferencia parecían una losa (40-61). Pero Conejero no se acomplejó ante Miller y acertó a anotar, Lorenzo Díaz se despachó con un triple y Martín Calvo no dejaba hacer, Barceló sacó el fusil y un parcial de 9-0 ilusionó al pabellón.

Los árbitros entorpecieron sobremanera la proeza señalando dos antideportivas a Conejero y no señalando una clara a Rufián por placar a Barceló.

El Plasencia estaba entonces a tan solamente 6 puntos de distancia y esa diferencia de criterio arbitral resultó clave. Con el definitivo 63-71 en el marcador y con tres segundos por jugar, José Ramón López tuvo el feo gesto de pedir tiempo muerto sin que el basket-average pueda servir de excusa, lo que provocó la bronca monumental de un público que se sintió humillado, pero que supo agradecer al "equipo B" su pundonor y compromiso.