Buenos y resacosos días. Aún seguíamos soñando, ¡que bonito! Una hora y pico tardamos en poder salir del pabellón, no nos queríamos ir y tampoco nos dejaban, así que entre unos y otros, la casa sin barrer. Por fin llegamos a la Cafetería El Montaito, de mi amigo Julio, a cenar los jugadores, cuerpo técnico y directiva con todos los familiares y amigos que se habían desplazado hasta aquí y no se lo quisieron perder.

En la cena todo fueron risas y la verdad es que pasamos un rato súper agradable. Tras la cena fuimos a celebrarlo a Ático hasta altas horas de la madrugada, lógicamente, la ocasión lo merecía, y… hasta aquí puedo contar. Venga va, os haré una pequeña crónica con los ‘highlights’ de aquella celebración, aunque tampoco fueron muchos ya que la cena se alargó bastante.

Los grandes animadores fueron los amigos asturianos de Fernando Fernández, muy aficionados a la pirotecnia. Disfrutaron y nos hicieron disfrutar al máximo, ni en los mejores festivales hacen uso de un espectáculo parecido. Otra anécdota impagable se produjo ya bien entrada la madrugada, en la madrila. Nos encontramos con el entrenador del Guadalajara, Javi Juárez, que decidió pasar la noche en la ciudad con unos amigos. Había sido entrenador mío unos años antes en un par de equipos de LEB Oro.

El lunes por la tarde tuvimos una recepción en el ayuntamiento y seguidamente fuimos a la Concatedral de Santa María a realizar una ofrenda floral a la Virgen de La Montaña. Me gustaría compartir con vosotros algunas líneas del ‘speech’ que tuve que hacer en el salón de plenos del ayuntamiento:

«Hemos reavivado la llama del baloncesto, no nos gustaría que esto se quedase en nada. Lo que hemos conseguido en la cancha queremos que se materialice en los despachos»

«Ñete es el padre que nos llevó de cañas el primer día y nos enseñó la ciudad. Robert, es como nuestra madre. Mario Hellín, el hermano mayor. Pepe (utillero), el hermano pequeño al que regañar.Emilio de Alba, el tito y Jorge Garcí a, (gerente y jefe de prensa), la tía coñazo».

Al día siguiente hicimos una comida de celebración en Casa Claudio y después directos a los karts. Hicimos un par de carreras que no sabría muy bien qué deciros, si eran más de Fórmula 1 o del Mario Kart… es cierto que no teníamos plátanos ni caparazones para tirarnos, pero nos valía con darnos unos ‘pequeños besitos’ por detrás con los coches en las curvas para sacarnos de la pista y mandar a más de uno contra los neumáticos de protección.

Nosotros ya habíamos hecho nuestro trabajo, ahora tocaba disfrutar y descansar, sobre todo. Era el turno de los directivos, de buscar los apoyos suficientes para poder hacer un proyecto de garantías y seguir disfrutando en LEB Oro, y vaya que si lo hicieron. La temporada siguiente jugamos playoffs de ascenso a ACB, en nuestro primer año de vuelta a la categoría.

Hasta aquí mi homenaje a la temporada 2014-2015, la del ascenso. A día de hoy podemos seguir disfrutando de la segunda categoría del baloncesto nacional y, ¿quien sabe? ¿Podremos volver a vivir algo parecido?

Ojalá.

#YoMeQuedoEnCasa