A Julio Cobos no hay quien lo mueva. O casi. Se esperaba con expectación su comparecencia pública de ayer, la primera después de que el Cacereño explicitase sus intenciones de meterse en la fase de ascenso con una ambiciosa campaña para los aficionados. Y el entrenador no se salió de su tradicional prudencia, como repitió varias veces: "Nosotros también queremos llegar lo más arriba posible, pero mi discurso no cambia. No hay más presión que hacer".

Lo demás fueron los habituales topicazos sobre lo igualada que está la competición, lo mucho que cuesta ganar cada partido y la similitud que hay entre los de arriba y los de abajo. Trató, por descontado, de quitarle dramatismo al partido de mañana (12.00 horas) en Albacete: "¿qué pasa? ¿que si perdemos ya no tenemos opción?".

Ventaja para dos

También dio por buena la teoría expresada el pasado miércoles por el director general del club, Angel Marcos, sobre que Cartagena y Jaén tienen muy allanado su acceso a la fase de ascenso, y que un buen número de equipos, entre ellos el suyo, se disputarán las otras dos plazas. Pero, como es tradición en él, se negó a mirar más allá del siguiente encuentro, descartando hacer cualquier tipo de cuentas.

De paso, aprovechó para mostrar un enorme respeto al Albacete: "Está claro que es un equipo hecho para ascender. Ellos tienen la presión, pero ¡bendita presión!". No auguró grandes cambios en lo táctico pese a la llegada de Luis César Sampedro como nuevo técnico.

Cobos también se alineó con el club en la idea de tratar de llevar a más gente al Príncipe Felipe, viendo factible el objetivo de los 3.000 espectadores, y soltó un gráfico "ver el fútbol aquí cuesta lo mismo que en mi pueblo". ¿Valdehornillos o Santa Amalia? "Da igual. Si no van ahora, no sé cuándo van a venir. Tenemos una base de mil y pico aficionados que nos apoyan siempre. Y luego hay otro número de gente que depende de la situación. El que no venga ahora es porque no quiere o porque no le gusta este deporte", respondió.