Tal y como asevera el dicho, y aún a riesgo de pecar de oportunista por lo del calendario, la procesión fue por barrios una semana más. Domingo de gloria para Badajoz y Mérida, que solventaban con sendas victorias sus desplazamientos a Aguilas y Almendralejo, y de via crucis y pasión para Extremadura y Díter Zafra. Los dos perdieron en sus compromisos ante sus respectivas aficiones. Y lo peor, en el bando azulgrana, fue la lamentable imagen que volvió a ofrecer y la tremenda desilusión que han sembrado en una afición que otra vez se siente traicionada.

También en Tercera División hubo palmas y ramos y algún que otro disgusto. Lo del Cacereño clama al cielo y las goleadas de Cerro y Don Benito contrastan con los empates caseros de Villanovense y Sporting Villanueva. Quien avisa...

Con todo, lo mejor fue la victoria de ese Flecha Negra que se aferra con uñas, dientes y méritos propios a la categoría de élite del fútbol juvenil nacional. También el Puebla, aunque con derrota, se despidió con dignidad de la Superliga Fememina este domingo.

El Mérida pincha elglobo almendralejense

Lo del Extremadura es para sentarlo en la silla del psicoanalista. Es difícil explicar lo que le ha pasado, en lo técnico, en lo táctico, en los físico y en lo ánimico al bloque de Ortuondo tras las vacaciones navideñas. Y hasta al propio entrenador vasco. Parece imposible cambiar tanto en tan poco tiempo y a todos los niveles. Todavía se permitía el viernes hablar de cambiar el chip y de empujar todos en la misma dirección. ¿Ayudan él y sus formas al trabajo de los demás? ¿Entonces? ¿O es que sólo su trabajo merece un respeto y el de los demás cortapisas?

Ortuondo forma parte de la gloriosa historia del fútbol extremeño en general y del almendralejense en particular. Fue el artífice de más de un milagro y casi creó una religión balompédica. Pero también fue otro Ortuondo luego. Este año ha simplificado la trayectoria deportiva de más de una década en apenas unos meses. ¿Qué motiva esos radicales cambios? ¿Cuánto tardará en volver, si es que vuelve, el mito?

El Mérida se reconcilió con su afición a lo grande. Y pudo serlo más, pero le pesó la responsabilidad y tres puntos son tres puntos. Vuelve a mirar arriba porque soñar no paga IVA. Igual que el Badajoz. El primer equipo que asalta el fortín de El Rubial en el 2006.

Cayó el Díter ante el líder con Santana Ponce perseverando en sus manías. Sigue mezclando cal y arena el bloque de Rus que debería insistir en lo de la dignidad y las alegrías a su afición sin otra alternativa.

El Cerro aprieta en la lucha por el liderato

Mientras, un piso por debajo y en Tercera División, sigue la encarnizada lucha por el liderato entre Villanovense y Cerro. Empató el primero, goleó el segundo... El resto, por arriba, está decidido. El Sporting Villanueva de Tinín desoyó los consejos y empató ante el Coria y el Don Benito cortó cualquier opción del Plasencia siquiera de soñar. Donde no cesa la lucha es en la zona baja de la tabla.