Son tan buenos, atesoran tal categoría, que puede que se estén riendo de todo y de todos. Pero cuando ambos campeonatos, el de motociclismo y el de Fórmula-1, miran ya la recta final de la temporada, los dos reyes actuales del motor están sumidos en la preocupación.

Rossi lidera cómodamente el Mundial de MotoGP con 29 puntos de ventaja sobre Sete Gibernau y 57 sobre Max Biaggi. Lo tiene fácil a pesar de que aún hay en juego 175 puntos en siete grandes premios. Pero el Doctor lleva cuatro carreras sin ganar y hay quien recuerda que el año pasado ganó 11 de 16. Algunos dudan de él, como su técnico, el australiano Jeremy Burgess, exmecánico de Doohan. "En Sachsenring no ganó Sete, perdió Valentino. La diferencia", dijo Burgess a Eurosport, "entre un pentacampeón como Doohan y Rossi es que Mick jamás hubiese permitido que Sete tuviese esperanzas".

LA OPINION DE SU MADRE

El entorno familiar de Rossi también está preocupado. El italiano disfruta de estas cortas vacaciones en Ibiza. Hay quien le ha visto en la cubierta de la lancha de Sete. "Nunca pensé que le vería sufrir así. El problema de Valentino", explica Stefania, "es que se niega a vivir como un profesional, quisiera ser siempre un niño grande que se divierte corriendo".

A Schumacher la cosa se le complica más. El Doctor , aunque no gane, aunque se deje pisar, sigue pilotando la mejor moto de la parrilla. Pero el alemán, no. El Williams-BMW, equipado con neumáticos Michelin, ya es mucho mejor monoplaza que el Ferrari, calzado con Bridgestone.

El líder de Fórmula-1 aventaja a Juan Pablo Montoya (Williams) es sólo de 6 puntos, menos que Rossi sobre Sete y con menos puntos en juego: 40 en cuatro grandes premios.

"Yo siempre soy positivo y prefiero ver la botella medio llena. Aún somos líderes y favoritos", explica el alemán en la web de Ferrari. Algunos apuesta por la caída de estos dos monstruos , pero parece que se volverán a llevar el gato al agua. Como siempre.