Cuando el colegiado Villoria Linacero pitó el final del partido entre el Cacereño y la Balompédica Linense hubo quien dijo que era una pena irse de El Cuartillo ahora que se le había cogido la medida. El comentario se escuchó en la grada. La entrada fue menor que en los cinco partidos anteriores, aunque teniendo en cuenta la hora, 16.30, y que se trataba de un día laboral, la respuesta del público fue mejor de lo esperado. Unas 400 personas vieron la segunda victoria del CPC en casa.

El comentario de la grada --que el aficionado soltó en todo jocoso-- tuvo continuidad en la sala de prensa, cuando a Angel Marcos se le preguntó si esa iba a ser su última comparecencia en ese recinto. "Ni idea. Eso no lo controlo yo", fue su comentario. No hubo más y se enredó en explicar que a él más que el campo donde se jueguen los partidos ("aunque obviamente prefiero un buen campo") le preocupan los entrenamientos, "andar de aquí para allá, sin un sitio fijo y en condiciones en el que poder probar las cosas. Aunque no lo creáis, nosotros hacemos las pruebas en los partidos". Y este último problema lo seguirá teniendo incluso cuando El Cuartillo sea solo un mal recuerdo del pasado. "Lo que sí dejaremos de hacer --añadió el técnico-- será entrenar aquí".

Sobre el partido, el preparador explicó que ha sido "el más complicado en casa y ante el rival más fuerte". ¿Qué ha cambiado entonces para ganar este y perder otros? "La mentalidad del equipo. Antes marcábamos y nos acelerábamos; ahora hemos aprendido que con el resultado a favor el que tiene que estar acelerado es el rival". No fue un partido que dominara el Cacereño, aunque en la primera parte dejará un buen sabor de boca en la grada. "Ha habido dos mitades muy distintas: la primera con muchos pelotazos en la que nos ha costado adaptarnos; la segunda ha sido nuestras, hemos intentado elaborar, pero... Nos han ganado con dos pelotazos", analizó el técnico de la Balona, Rafa Escobar, que añadió que aunque el campo "es una vergüenza" no tiene sentido quejarse. La duda que ahora surge es, ¿esa vergüenza ha llegado a su fin o aún tendrá un pequeño alargue?